lunes, 24 de agosto de 2015

En la mira de las Farc

A raíz de la publicación del artículo titulado “Terrorismo y Comunismo” (Vid. http://www.elespectador.com/opinion/terrorismo-y-comunismo), su autor, Darío Acevedo Carmona, ha sufrido unas violentas andanadas de parte de la página oficial de las Farc, Anncol, en la que de contera se menciona mi nombre en una lista de “escribientes, autores de los insumos de la discursividad del caballista del Ubérrimo”, que hacemos “parte de este cuartel de francotiradores expertos en el sofisma, la injuria, el montaje y el linchamiento mediático”, tal como puede leerse en el siguiente sitio: https://anncol.eu/index.php/opinion/item/1540-horacio-duque.

De la lista hacemos parte “José Obdulio, Rangel, Acevedo, Botero Campuzano, JVallejo, Paloma, F. Londoño, Gómez Martínez, Saúl Hernández, Nieto, Carlos HolmesT, Ana Mercedes, Hoyos, Alvear Sanín, Jaramillo Panesso  H. Rodríguez, I. Duque y otros”.

Contra Acevedo están programando bloqueos, mítines y bochinches susceptibles de dar lugar a insultos y humillaciones en público, de donde podrían seguirse atentados contra su integridad personal. Algo parecido a lo que les hacían a los profesores durante la Revolución Cultural que promovió Mao en China. Los demás estamos señalados y, a partir de ello, estaríamos expuestos a diferentes eventualidades desagradables, por decir lo menos. En efecto, estar en la mira de las Farc no es un juego de niños. Es, más bien, una ruleta rusa.

En lo que a mí concierne, entiendo que el sofisma, la injuria, el montaje y y el linchamiento mediático que se me endilgan parecen consistir en haber sostenido lo siguiente, que aquí reitero:

- El proceso de paz de Santos con las Farc está mal concebido desde el principio, pues aquél recibió mandato del pueblo para someterlas y no para equipararlas con la autoridad legítima del Estado y muchísimo menos para rendirse ante ellas.

- Las Farc no han abjurado del marxismo-leninismo. Ni siquiera han atenuado sus intransigentes posturas ideológicas. Así lo ha dicho uno de sus cabecillas:"Nuestro propósito es instaurar el socialismo en Colombia".

- Las Farc no buscan convertirse en actores políticos dentro de un sistema democrático y liberal, sino el asalto del Estado para la toma del poder con miras a la instauración de un sistema totalitario y liberticida.

- Las Farc son una de los más poderosas organizaciones narcotraficantes en el mundo. Por consiguiente, configuran unas peligrosísimas bandas de delincuentes comunes.

- Las Farc son una organización terrorista. Se la considera una de las más vigorosas y perversas del mundo, unos pasos detrás de ISIS.

- Las Farc han dado muestras de una crueldad que excede toda humana previsión. Su modelo es el Pol Pot cambodiano.

- A lo largo de las negociaciones de La Habana, Santos ha corrido todas los llamados inamovibles que trazó en su discurso de posesión el 7 de agosto de 2010, mientras que las Farc no han hecho una sola concesión significativa.  A Santos lo han llevado de la ternilla.

- A estas negociaciones les ha faltado aliento moral. Están presididas por la mentira y el engaño en que compiten Santos y las Farc. Ni a aquel ni a estas se les puede prestar fe.

- La arrogancia de las Farc ha minado la confianza del pueblo en las resultas de estos diálogos. La gente está temerosa de lo que Santos al final termine otorgándoles a los guerrilleros

- Las Farc no tienen nada positivo para ofrecerle al pueblo colombiano. Los modelos que pretenden imponer, basados en Cuba y Venezuela, solo han acarreado ruina y caos.

- El pueblo colombiano no quiere a las Farc y es extraño que cada que en las encuestas manifiesta su descontento, Santos, en lugar de tomarle el pulso a la nación, la ignora y les ofrece a a aquellas nuevas concesiones, muchas de ellas estrambóticas.

- Esas concesiones implican la destrucción de nuestra precaria institucionalidad. No nos auguran la paz, sino nuevos escenarios de confrontación que podrían significar para Colombia la guerra civil o, como lo ha puesto de presente hace poco Álvarez Gardeazábal, su “afganización”. El posconflicto que anuncia la propaganda oficial no es la antesala de la paz, sino la multiplicación de tensiones y enfrentamientos violentos que un Estado débil no estaría en capacidad de controlar.

- Santos no solo ha incurrido en causales de indignidad susceptibles de que se le abra proceso por ese motivo, sino que da muestras de insania que lo hacen incapaz de gobernar a Colombia en uno de los momentos más críticos de su historia.

Si estoy equivocado, refútenme y convénzame de lo contrario que afirmo.

Los señalamientos y las amenazas no me tocan. Ya, hace años, el ELN me había declarado “objetivo militar” por mis escritos para “El Colombiano”, y estuve, además, en la mira de Pablo Escobar por haber defendido en la Corte Suprema de Justicia la exequibilidad de la ley aprobatoria del Tratado de Extradición con los Estados Unidos que había sancionado el presidente Barco.

No tengo miedo a la muerte y muchísimo menos ahora que mi amadísima esposa ha hecho el tránsito de esta vida mortal a la eterna. Mi mayor anhelo es estar con ella por toda la eternidad. Acá solo me retiene el amor de los dos ángeles que ella me dejó para que cuidaran de mí. Y si los esbirros de las Farc me hacen algún daño no letal, tengo muy clara la enseñanza del Santo Padre Pío de Pietrelcina:"Al cielo solo se llega a través del sufrimiento".

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jueves, 20 de agosto de 2015

¿Quién le pone el cascabel al gato?

Dice uno de los biógrafos del Gran General Tomás Cipriano de Mosquera que cuando su esposa doña Amalia Arboleda se enteró de que lo habían elegido presidente de la Nueva Granada, exclamó, palabra más palabra menos, lo siguiente:"¡Por Dios! Tomás en la presidencia es como soltar un gato en un pesebre!".

Bien podría haber dicho más bien un mico, en lugar de un gato.

De cualquier modo, de su temperamento agitado y veleidoso tal era lo que razonablemente cabía esperar de su gestión, aunque, a Dios gracias, en su primer mandato no se cumplieron los oscuros augurios de Doña Amalia. Y en los que ejerció después, los radicales se encargaron de poner coto a sus inquietudes y terminaron sacándolo de la presidencia.

Pues bien, lo que tenemos ahora al mando de la República es muchísimo peor que un gato, un mico o cualquiera otra especie del Reino Animal. Es más bien algo así como uno de esos alocados emperadores romanos que se hicieron célebres por sus excentricidades.

Muchos de nuestros compatriotas están preocupados, en efecto, por el desorden mental que exhibe Juan Manuel Santos. Su narcisismo, su delirante vanidad, su fanfarronería, su falta de criterio y su carácter errático suscitan dudas razonables acerca de si está en sus cabales y sufre una incapacidad mental permanente, que desde luego es física, para el ejercicio del cargo, susceptible de configurar la causal de falta absoluta cuya declaración le corresponde al Senado, según estipula el artículo 194 de la Constitución.

Los lapsus linguae, las incoherencias, las fallas de memoria, la tendencia patológica al engaño, la fobia que manifiesta contra quienes se atreven a disentir de sus políticas o muestran algún asomo de duda sobre sus bondades, y, sobre todo, la inquietante y continua pérdida del contacto con la realidad hacen pensar seriamente en la insania de quien por desgracia hoy nos gobierna, máxime en momentos en que, como nunca antes en nuestra historia, se juega decisivamente la suerte de Colombia.

Se atribuye a Clemenceau lo de que “La guerra es asunto demasiado serio para dejarlo exclusivamente en manos de los militares”. Bien cabría hacer una paráfrasis de ese famoso dicho para señalar, con base en lo que actualmente sucede en Colombia, que “La paz es asunto demasiado serio para dejarlo exclusivamente en manos de políticos”, sobre todo si son de la calaña de Santos.

Su ciega tozudez lo está llevando a destruir lo poco que queda de nuestro andamiaje institucional. Cada día sale con propuestas insensatas que de inmediato provocan chistes crueles. Pero él y sus áulicos las toman en serio, y como no se para en pelillos al momento de torcerles el cuello a las instituciones, es de temer que a punto de “mermelada”, chanchullos e intimidaciones logre su cometido de demoler toda sana doctrina constitucional y arrodillar al Congreso, la Corte Constitucional y toda otra corporación o persona que intente ponerle freno.

Ha llegado la hora de que seamos los colombianos del común quienes atemos al orate para que no nos hunda en el fangal de sus alucinaciones.

Si no se forma un vigoroso movimiento de opinión que le haga sentir que no queremos que nos entregue atados de pies y manos a los verdugos de las Farc, mañana tendremos que habérnoslas con ellos, no en la selva que por su condición de salvajes constituye su habitat natural, sino en los puestos de mando de la sociedad. Entonces sufriremos en carne propia los rigores de la más cruel y sanguinaria de las tiranías.

¡COLOMBIA: DESPIERTA ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE!

Coda: Ante la imposibilidad de hacerlo personalmente, aprovecho este medio para agradecer los mensajes de condolencia que he recibido y las oraciones que se han pronunciado con motivo del fallecimiento de mi amadísima esposa Victoria Eugenia Mosquera de Vallejo. Que Dios los bendiga a todos.