domingo, 26 de abril de 2015

El Pacifismo de Capitulación

Eduardo Mackenzie acaba de publicar un importante escrito sobre el tipo de pacifismo que exhibe el Alto Comisionado de Paz, Sergio Jaramillo (http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-nacionales/item/8358-sergio-jaramillo-y-el-pacifismo-de-capitulacion?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Portada-PeridicoDebate-PeridicoDebate+%28Portada+-+Peri%C3%B3dico+Debate%29).

Este pacifismo derrotista ha hecho carrera en el paìs desde hace años y ha estado en auge bajo la conducción de Juan Manuel Santos, que es uno de sus precursores y animadores.

Baste recordar, en efecto, que en 1997 urdió una conspiración para promover la renuncia de Samper, so pretexto de un alocado plan de paz con los actores del conflicto armado que lo llevó a reunirse, sin que la Fiscalía se diera por enterada y sin autorizaciòn del gobierno, con cabecillas del paramilitarismo y de las Farc.

A raíz de esas reuniones abiertamente ilegales y hasta subversivas, dio a conocer un pronunciamiento en que planteaba la creación de una zona de distensión y sugería  la renuncia de Samper, con miras a la puesta en marcha de su estrambótica propuesta.(Vid. http://portal.canalrcn.com/node/12684;http://www.semana.com/opinion/articulo/el-precursor-del-despeje/115046-3).

Al parecer, su osadía lo llevó a proponer un Frente Nacional con las Farc, según acusación que en un momento dado le hizo Petro, cuando este era su contradictor y no su aliado, como lo es hoy. Asi lo dice en su párrafo final la información de RCN que acabo de citar:

"El candidato del Polo Democrático, en un comunicado, Petro (sic) dice que Juan Manuel Santos propuso un frente nacional con las Farc, para después “desdecirse en el uribismo”.  Y agrega que las personas pueden hacer de su vida una permanente rectificación, pero hay ante todo  que tener principios."

Esa idea de un Frente Nacional con las Farc era una obsesión de Tirofijo. Entiendo que cuando Serpa y otros congresistas lo visitaron en su refugio de Casa Verde para tratar de convencerlo de que se acogiera a la Constituyente de Gaviria, les dijo que para él lo de la paz era muy sencillo, pues bastaría con que se la convocara  integrándola con una mitad de representantes de la subversión y otra mitad elegida por el “establecimiento” como a bien tuviera. Lo mismo continuó sosteniendo bajo el gobierno de Pastrana, según me contó un alto funcionario del mismo.

Recuerdo que a principios del gobierno de Uribe, un destacado dirigente empresarial que acompañó a Santos en su conspiración contra Samper y fue muy activo en el remedo de diálogos del Caguán cuando Pastrana, hizo en Medellín una exposición derrotista a más no poder acerca del modo de enfrentar a las Farc. Según su punto de vista, nuestro ejército, mal equipado y con muy deficiente motivación, no estaba en capacidad de doblegar a la subversión y, de hecho, tenía perdida la guerra.

Después de su intervención, me acerqué a él para preguntarle por qué menospreciaba la capacidad de resistencia del pueblo colombiano contra esas hordas salvajes. Me respondió que, a su juicio, no nos quedaba otra alternativa que negociar con los guerrilleros para ver qué querrían dejarnos.

Supongo que esta mentalidad derrotista y candorosa explica en buena medida el antiuribismo y el santismo  de buena parte de la dirigencia empresarial, especialmente en Antioquia.

Como lo he explicado en varios artículos, el rumbo que llevan los diálogos de La Habana no conduce a una asimilación por parte de las Farc de las reglas fundamentales de nuestro sistema social, político y económico, pues sus cabecillas no han renunciado a la ideología totalitaria y liberticida que los anima y pretenden imponer por las buenas o por las malas entre nosotros.

Entre la democracia pluralista que mal que bien ha regido en Colombia, y la totalitaria de los herederos del estalinismo que pregonan hoy dizque un Socialismo del Siglo XXI, no hay entendimiento posible. Ahí no cabe la famosa Tercera Vía que le sirvió a Tony Blair para meterse por el camino del medio entre los conservadores del Thatcherismo y la vieja guardia del Laborismo, pues unos y otros estaban de acuerdo en la salvaguarda de las libertades públicas y los procedimientos de la democracia representativa.

Con  las Farc y el Eln no hay Tercera Vía posible, porque sus ideólogos descreen totalmente de la garantía de dichas libertades públicas y dichos procedimientos democráticos. El modelo de sociedad con que sueñan es el cubano, y no creo que el Presidente de Bancolombia comparta ese sueño. Es más, no creo que esos sueños tan dispares puedan competir pacíficamente en los escenarios institucionales.

Pienso, y ojalá esté equivocado, que la dirigencia que sigue a Santos ha sostenido de hecho la tesis de que nos queda otro remedio que negociar para ver qué nos quieren dejar los promotores del Socialismo del Siglo XXI. De ahí, la tendencia que cada vez se va haciendo más clara de pensar en un sistema híbrido que les deje a los subversivos el control de una parte del territorio nacional y al mal llamado “establecimiento” la posibilidad de actuar en el resto del país.

Habría, por consiguiente, una “Farclandia” sometida a los cabecillas del narcoterrorismo. Lo que restase del viejo Virreinato de la Nueva Granada continuaría bajo el menguado  imperio de un régimen constitucional adaptado a las exigencias de aquellos y, tan expuesto permanentemente a su asedio, que estaría condenado tarde o temprano a caer bajo su control.

Parece, sin embargo, que los empresarios ya se están dando cuenta de las trampas que les están tendiendo.

“El Colombiano” de ayer sábado informó sobre el malestar que entre aquellos produjeron unos pronunciamientos amenazantes de Sergio Jaramillo, que dieron a entender que se los obligaría a financiar el fementido postconflicto a cambio de que la Fiscalía no los persiguiese, como lo ha hecho con militares y uribistas. Según el informe de prensa, Jaramillo habló de más de 13.000 procesos que andan contra empresarios que supuestamente financiaron el paramilitarismo.(Vid. http://www.elcolombiano.com/colombia/empresarios-piden-claridad-por-denuncias-de-nexos-con-paras-HN1791449).

Y hoy domingo, el mismo periódico editorializó severamente contra la propuesta que ha venido haciendo carrera para convocar un referendo que dote a Santos de plenos poderes para celebrar acuerdos con las Farc.(Vid. http://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/no-a-los-poderes-extraordinarios-DL1793630).

Es, a no dudarlo, un documento histórico que protocoliza el final de la luna de miel de la dirigencia empresarial antioqueña con Santos. Ya saben nuestros generadores de riqueza que, como en “Casas Viejas”, se pretende llevarlos “como va al matadero la res, sin que nadie les diga un adiós”.

La dirigencia colombiana parece estar despertando. Ojalá que no sea demasiado tarde.

3 comentarios:

  1. Excelente artículo, para reflexionar y meditar.
    Otorgar a JMS en este momento poderes plenos, sería como entregarle una escopeta de dos cañones y cargada a un loco, una granada de fragmentación a un niño o meter un mico en un laboratorio...
    "Como va al matadero la res, sin que nadie le brinde un adios..."
    Juanfer

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  2. Gracias maestro. Seguimos extrañándolo en twitter. Dios lo bendiga.

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  3. La noble virtud de la valentía trae paz y seguridad, después de la guerra o después del sacrificio personal por una buena causa. El feo defecto de la cobardía no produce sino violencias y saqueos, después de la claudicación de los principios y la aceptación del deshonor. La doctrina de Sergio Jaramillo (según la clarísima descripción del Dr. Vallejo) ejecutada por Santos es la de aceptar dócil y servilmente las imposiciones del verdugo terrorista, después de lo cual, según Jaramillo, habrá felicidad para todos. Por supuesto, ese estado de felicidad nunca llegará, porque de los actos de cobardía no se puede esperar sino estropicios. Anhelo que el país sea gobernado nuevamente por valientes.

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