Las Farc al asalto del poder
La historia es pródiga en casos de grupos minoritarios, pero audaces, decididos e implacables que han logrado tomar el poder en las sociedades gracias a la debilidad, la candidez, el descuido e incluso la traición de quienes tenían el deber de protegerlas.
Es lo que podría suceder en Colombia a raíz del desatinado diálogo que proyecta iniciar Santos con las Farc.
A nadie, salvo que se trate de los turiferarios del régimen, escapa que este proceso empezó mal.
En primer lugar, según dijo Chávez, fue Santos el que le pidió ayuda para convencer a las Farc a fin de que entrasen en tratativas con su gobierno con miras a la búsqueda de la paz. Dicho en pocas palabras, fue él quien izó la bandera blanca, ofreciéndoles prácticamente la rendición.
En segundo término, el Marco Jurídico para la Impunidad que aprobó el Congreso bajo una grosera presión de Santos, de entrada les puso a los subversivos en bandeja la Constitución. De ese modo, lo que debía ser tema de discusión a lo largo del proceso se convirtió en presupuesto del mismo.
En tercer lugar, Santos comienza estas negociaciones cuando su periodo presidencial tiene, como se dice entre nosotros, “el sol a sus espaldas” y su gestión ya no goza del apoyo que al principio le brindaron los colombianos, pues lo rodea una opinión pública dividida que en buena parte se halla indignada y asustada.
En cuarto lugar, los diálogos se iniciarán con las Farc recuperando terreno frente a un ejército desmoralizado porque, si bien cuenta con un gran apoyo dentro de las comunidades, las tres ramas del poder público se han negado a darle la protección jurídica que requiere frente a sus enemigos agazapados en la judicatura y los órganos de control.
En fin, el Pacto de La Habana, suscrito dizque por “Plenipotenciarios” de Santos y de las Farc, en vez de tranquilizar, inquieta por las gravísimas omisiones y concesiones que pone de manifiesto.
Así Santos diga con su habitual garrulería que en este proceso no se incurrirá en los errores de los que hubo en el pasado, con los que ya ha cometido se ve claro que ha quedado a merced de las Farc, las cuales le imprimirán la dinámica que deseen.
¿Qué quieren las Farc?
No es improbable que cuando el proceso haya avanzado lo suficiente, la consigna implícita que anime a sus negociadores sea, parafraseando la de los comunistas rusos en 1917, la de “Todo el poder para las Farc”.
Las Farc siguen siendo una organización narco-terrorista animada por una obsoleta ideología de corte estalinista. Las autoridades no las han derrotado, sino que les han implorado que se sienten a dialogar. No son comunistas arrepentidos de su ideología y deseosos de convertirse así sea a la social-democracia u otras denominaciones de izquierda moderada. Por el contrario, creen a pie juntillas en los dogmas del totalitarismo y aspiran a imponer el modelo cubano de economía centralizada, planificada y estatizada, así como el régimen de Estado policíaco, democracia de partido único y severísimas restricciones de las libertades públicas.
¿Qué se podría negociar en materia de régimen político, social y económico que no implique el sacrificio de valores fundamentales para ellos y para nosotros? ¿Cómo dialogar mientras las Farc conserven el poder de atacar a las poblaciones, intimidar a las comunidades, cometer actos terroristas, continuar con la práctica de sus mal llamados ajusticiamientos, extorsionar a los empresarios, secuestrarlos, reclutar menores, ejercer el narcotráfico en todos sus aspectos, movilizar a sus milicias urbanas, presionar mediante la violencia a los negociadores del Estado, etc?
El propio Santos, no se sabe si por ingenuidad o por cinismo, ha alertado a los colombianos sobre la necesidad de la templanza frente al incremento de las agresiones tendientes a quebrar la capacidad de resistencia física y moral de las comunidades, sobre todo cuando se presenten dificultades en las negociaciones por exigencias desmedidas de las Farc.
Por otra parte, Santos no le ha explicado al país cuál sería el modus operandi para instrumentar los acuerdos a que eventualmente se llegaría a partir de esos diálogos.
Es claro, a la luz de nuestro ordenamiento institucional, que esos acuerdos tendrían que someterse a aprobación por parte del Congreso en lo que impliquen reformas constitucionales y legales, bien sea para que aquel decida sobre ellos directamente, ora para convocar al pueblo con miras a que sea este mismo el que los apruebe.
Si el término fijado para las negociaciones es de un año, su vencimiento se dará en octubre de 2013, en vísperas del comienzo de la campaña electoral para la elección de congresistas y la que sigue para elegir Presidente.
Los tiempos no dan para que el actual Congreso se ocupe de evacuar esos supuestos acuerdos, a menos que se utilice la vía rápida del referendo que prevé el artículo 378 de la Constitución, caso en el cual su celebración tendría que ser anterior a las elecciones.
Piénsese, pues, en la situación caótica que se presentaría con unas elecciones antecedidas por una campaña centrada en la discusión de esos eventuales acuerdos con las Farc y en las que éstas harían uso de todo su potencial de intimidación contra los partidos políticos, los sectores sociales y, por supuesto, los votantes mismos.
¿Piensa Santos que tendrá todo el poder jurídico y fáctico para imponer por sí y ante sí esos eventuales acuerdos, en los que desde ya podemos predecir que habrá claudicaciones humillantes y desastrosas para nuestra institucionalidad?
Dicen los mentecatos que llevan hoy la vocería del Estado que si este proceso conduce a soluciones negociadas representará ganancias inequívocas para Colombia, como si ya supieran qué es lo que se va a convenir. Agregan que si fracasa, será muy poco lo que se pierda. Cito, por ejemplo, lo que ha dicho el ya conocido por el público como Simón el bobito.
Pues bien, de antemano sabemos que lograr que las Farc acepten una solución negociada implicará tremendos sacrificios de toda índole, a punto tal que el expresidente Betancur ya ha dicho que a la paz hay que llegar a cualquier precio. Pero,¿cuál sería ese precio extremo?¿El de decirles a las Farc que ya ganaron y nos dejen algún irrisorio premio de consolación?
Lo que yo veo venir son los actos de fuerza, las tomas de pueblos y haciendas, las marchas populares, los paros cívicos y nacionales, las huelgas interminables y, en fin, la generación de un ambiente revolucionario acorde con las técnicas de agitación y movilización de masas que los subversivos han estudiado a lo largo de décadas, así como la debilidad de la respuesta de las autoridades, dizque para no afectar los diálogos ni quedar mal con facilitadores y acompañantes como los gobiernos de Venezuela y Cuba.
El expresidente Uribe, como voz que clama en el desierto, ha alertado sobre la estulticia que significa poner al lado de las mesas de negociación a los cómplices internacionales de las Farc, con capacidad de presionar a los representantes del gobierno a fin de que sean tolerantes con los desmanes de aquellas.
Se afirma por ahí que la presencia y el respaldo de la comunidad internacional son prenda de garantía de la corrección de los diálogos, pues las Farc quedarían muy mal frente a un mundo globalizado que ya no ve con buenos ojos el recurso a la fuerza para solucionar los conflictos políticos internos.
Pues bien,¿les duele a las Farc la mala imagen ante la comunidad internacional? ¿Se volvieron decentes de la noche a la mañana?¿Se pusieron la corbata para entrar a ese club?
Y,¿qué es en definitiva esa comunidad, sino una entelequia más o menos difusa, diríase que fantasmal, proclive a tolerar todos los atropellos que la Realpolitik encuentre que no sólo no puede impedir, sino que de algún modo les convienen a los que la controlan?
Según Santos, los que lo criticamos somos como esos perros que salen a ladrarles a los caminantes intentando desviarlos de la ruta que llevan. Pero ya sabemos que él no se saldrá de la suya, pues su arrogancia y su frivolidad tienen inexorablemente trazado el camino de su tumba. Nada podemos hacer, salvo alertar y lamentarnos, pues no nos será posible ni siquiera prepararnos para el desastre.
Me decía antier un destacado ganadero:”¿a quién podría venderle hoy mis tierras y ganados, si todos los inversionistas están asustados con lo que se ve venir?” Y lo mismo están pensando los que tienen intereses en la minería, en los hidrocarburos, en la agricultura, etc.
Cuando aparezcan las iniciativas de las Farc, avaladas por las mesas que se van a instalar en todo el país, cundirá el pánico de los industriales, los comerciantes, los banqueros y hasta los dueños de los medios que hoy aplauden ciegamente las iniciativas de Santos. Entonces, habrá llanto y crujir de dientes.
¿Piensa Santos que cuando su contraparte, Timochenko, anuncia que los suyos han jurado vencer y vencerán, está simplemente pensando con el deseo y haciendo un discurso de ocasión para el gusto de la galería?
Guerra civil, golpe de Estado, dictadura de un lado o del otro, baño de sangre en los campos de Colombia, no son hipótesis alocadas en estos momentos, sino posibilidades ominosas que cobran viabilidad a partir de la ceguera de un gobernante irresponsable. Repito, no sería la primera vez que algo así sucediera en la historia.
El presidentico tartamudo lograra extender a Colombia el cancer de Venezuela, el cancer de Chavez, el socialismo del siglo XXI, el mismo anacronico socialismo de los Castro? Donde estan las censuras de la comunidad internacional globalizada a los desmanes del tropical dictador venezolano? Contra Santos traidor y contra el terrorismo paramilitar adelante Profesor! Marchemos!
ResponderEliminarMaestro:
ResponderEliminar¿Hay algo más que estas voces que claman en el desierto? ¿Hay alguna esperanza? ¿O solo nos queda el lamento?
Definitivamente ES PEC TA CU LAR el artículo, sesudo y clario. ¡Que susto! Hace poco hablé de "guerra civil" y sí, me invadió el susto, me sentí exagerado y me quise tragar mis palabras; ahora veo que puedo tener razón. Ojalá nos equivoquemos, pero me confundo, máxime que "estamos molindo con yeguas".- ¡Felicitaciones Don Chucho y espero que su mensaje, no sea una voz en el desierto y que por el contrario caiga en el oásis y levante las aguas del mismo, para remojar la resequedad de nuestro pueblo.
ResponderEliminarJEALBO
P.D. ¿Para qué queremos a Lady Gaga en Colombia, si ya tenemos en la Casa de Nariño a JuanMa Gagaleto y su show?
Maestro, acabemos de una vez con Colombia, para que seguir adelante. El caos, la destrucción y Uribe es lo que necesitamos. Cuantos muertos ha aportado el estrato 6 a esta guerra? Mientras Esteban Santos presta servicio militar Tomás y Jerónimo hacen Zonas Francas.
ResponderEliminarNo defiendo los negocios de Tomas y Jeronimo, pero que inocua resulta la actividad militar de Esteban Santos y de todas las Fuerzas armadas comandadas por un presidente irresponsable traidor y vanidoso que lo entrego todo a cambio de nada! Estamos en manos de los Castro, de Chavez y las Farc!
EliminarAntecedentes similares en Colombia y en otros países conducen a la certeza de lo que el Dr. Jesús Vallejo Mejía predice, en realidad sucederá.
ResponderEliminarPor ejemplo, las autodefensas o paramilitares se desmovilizaron, entregaron las armas y se entregaron ellos mismos a las autoridades, porque vieron que el gobierno de Alvaro Uribe combatiría con seriedad a las guerrillas; por lo tanto, sabían que la misión que se habían autoimpuesto dejaba de existir.
La misión de las FARC es y ha sido siempre la toma del poder e imposición de un modelo político-económico comunista. A pesar de que se han dedicado también al negocio del narcotráfico, su real y única meta es la imposición del comunismo en Colombia.
Las FARC han luchado por alcanzar su misión durante casi 50 años, mientras que los gobiernos de turno se han opuesto siempre a esa misión, porque saben que el comunismo es perjudicial para la población colombiana y que ésta nunca la aceptaría.
Los gobiernos de Belisario Betancourt y Andrés Pastrana, conocidos por ser los más laxos con las FARC, jamás consideraron la posibilidad de concederles a las FARC la mayor parte del poder político o el diseño de la mayor parte del modelo político y económico para el país. Por eso, las FARC, en lugar de aceptar la paz ofrecida por esos gobiernos, arreciaron en su lucha militar, política e ideológica.
El gobierno de Santos es un caso muy diferente a los de Betancourt y Pastrana; en cambio, es un caso muy similar al gobierno de Uribe con respecto a las autodefensas. Lo que Santos está ofreciéndoles a las FARC, disimuladamente, es la mayor parte del poder político y la realización de un modelo político-económico casi por completo diseñado por las FARC y de acuerdo a su ideología. En estas circunstancias, la razón de ser de la lucha armada de las FARC, obviamente, dejaría de existir.
Por eso, no cabe duda de que esta vez, las FARC aceptarán la paz ofrecida por Santos, pues ya no tendría sentido que continuaran luchando cuando, sin luchar, se les ofrece lo que ellos esperaban lograr a través de el triunfo en la lucha armada.
Después de esa paz firmada entre Santos y las FARC pueden desencadenarse situaciones muy graves, como una guerra civil, un golpe de estado, o cosas peores, como lo vaticina el Dr. Jesús Vallejo Mejía.
Si eso llega a ocurrir, lo importante es que haya líderes que, con el apoyo popular, saquen al país de esa tremenda crisis que se avecina. Estoy seguro de que hay líderes capaces; pero no estoy muy seguro de que tengan la oportunidad de actuar con libertad, pues el nuevo régimen será lo suficientemente inteligente para impedir toda posibilidad de revertir las cosas.
Respetado Dr. Vallejo:
ResponderEliminarComparto sus juicios sobre la guerrilla. No comparto su invocación a Uribe como argumento de autoridad. Uribe, Vd. lo sabe, no fue ejemplar en cuanto a su moralidad de gobernante, ni en la ética administrativa ni pública. Uribe golpeó duro a la guerrilla, es cierto, pero en ese Gobierno se cometieron atropellos a la ley y a la ética propios de un régimen africano. Hubo "falsos positivos", un crimen de lesa humanidad. Uribe liberó a alias "Granda" porque el Presidente de Francia se lo pidió por teléfono. ¿Ese era el gobernante pantalonudo, que se baja los calzones ante la llamada de un presidente europeo? Uribe liberó a alias "Karina", la más feroz asesina de la guerrilla. ¿Quién dijo algo".
Santos puede ser gago, o sinuoso, pero no es más inmoral que Uribe Vélez.
Señor Alfonso Auserón Castro, todos conocemos lo que se dice, se publica en los medios de comunicación, se escribe y se acusa ante las autoridades a los diferentes personales de la política colombiana, como Uribe, Santos y muchos otros. Y, como ciudadanos, tenemos la libertad y el derecho de creer o no creer aquella información sobre los personajes de la vida pública, de analizar o no, de investigar o no investigar sobre la verdad de esa información. Usted, con todo derecho y con todos los elementos de juicio a su disposición, ha llegado a la conclusión de que Uribe Vélez es sumamente inmoral e indigno. Muchos otros ciudadanos, yo entre ellos, en cambio, también en uso de nuestros derechos, llegamos a la conclusión, con los mismos elementos de juicio y el uso de nuestra capacidad racional, de que Alvaro uribe Vélez es una persona digna, altamente moral y de gran liderazgo e inteligencia. El diferir en nuestras opiniones no nos debe llevar a confrontaciones que saque lo peor de nosotros mismos, sino por el contrario, esas diferencias deben servir para enriquecer el debate y, por qué no, permitirnos la amistad sincera entre unos y otros, aunque haya un abismo entre nuestras ideas y opiniones políticas.
EliminarDon Fabián: Le agradezco mucho su respuesta. Y le agradezco, sobretodo, su tono mesurado y elegante. Casi siempre, al referirme a mis objeciones al señor Uribe, recibo insultos, cuando no es que me amagan con sacar pistola, como me pasó una vez en Rionegro, Antioquia, Colombia.
EliminarLe cuento: mis conclusiones sobre Uribe y su corrupto e inmoral Gobierno no son conclusiones sacadas de lecturas de prensa. Son conclusiones sacadas, entre otras, de sentencias en firme de la Corte Suprema de Justicia (casos Jorge Noguera director del DAS uribista; sentencias de parapolítica; sentencias caso Yidis Medina, cohecho, concusión; sentencia abuso de poder en la aprobación de la reelección; sentencia exsuperintendente uribista de Notariado y registro, Manuel Cuello, sobre sobornos con Notarías; sentencia penal contra Mario Uribe Escobar, fundador del grupo político uribista en Antioquia, etc.).
Es decir, investigaciones penales con pruebas. Claro que alguien podrá decir que es que la Corte Suprema era enemiga de Uribe y condenó a sus amigos y funcionarios por persecución política. Pero no: las pruebas están ahí. Pruebas que incluyen confesiones de los funcionarios corruptos. Funcionarios corruptos que pululan cuando ven que el referente moral no tiene ninguna importancia para el jefe máximo, el presidente de la República.
Son precisamente esas mismas sentencias de la Corte Suprema de Justicia contra altos funcionarios del gobierno Uribe y contra parlamentarios cercanos a Uribe, las que he tenido en cuenta para llegar a una conclusión opuesta a la suya. Si analizaramos con detenimiento y cabeza fría cada una de esas sentencias y cada uno de los casos de corrupción de que se acusa a Uribe, sus funcionarios o su gobierno, encontraríamos que hay muchísimas razones para no creer en la veracidad de esas sentencias y acusaciones.
EliminarDe cualquier manera, después de ese análisis, usted podría seguir creyendo que sus conclusiones son correctas, pero, por lo menos, también consideraría que mis conclusiones no son tan solo el producto de mi fe ciega en un ser indigno, sino, por el contrario, son el producto de sólidos fundamentos y una investigación metódica.
Infortunadamente, en nuestro país el debate de ideas se lleva a cabo con exagerado apasionamiento; lo cual produce odios destructivos en lugar de fomentar la crítica constructiva. Me alegro mucho de que usted, en el debate, asuma una posición crítica, pero sobria y respetuosa. No debemos olvidar que, como conciudadanos, tenemos el deber de expresar con sinceridad nuestro parecer sobre los asuntos de interés público, pero dentro de los límites de la civilización y la armonía social.
Lo invito a que analicemos uno de las sentencias de la Corte en cuestión, o un caso de supuesta corrupción a los que nos hemos referido. Posiblemente, después de ello, usted y yo ya no pensemos lo mismo que antes al respecto, porque tal vez, hasta ahora usted no ha tenido en cuenta algo que yo sí he tenido en cuento, y también, yo aún no he tenido en cuenta lo que usted sí ha tenido en cuenta.
"El Diablo (Chavez,Castro,Farc) haciendo hostias y Santos comulgando"
ResponderEliminarNos queda a los Colombianos que pensamos claramente como el Sr. Vallejo, siempre orar, divulgar, quiera Dios lo mejor quizá un golpe militar...(pues los tres poderes estan podridos) para cortar de raíz lo que le paso a Venezuela, quizás sea el destino el sufrir lo que se viene, por no saber valorar lo que Uribe representa ante todo un retorno a los principios de autoridad basada en verdad, orden,justicia y compasión, no hay compasión sin justicia ni justicia sin compasión, no confundir compasión con blandura, ni debilidad de carácter, ni sentimentalismo tonto, ni oportunismo megalomaniaco ególatra como el de Santos.
estoy de acuerdo !vamos al abismo ! solo nos queda orar a DIOs y en estas circunstancias desEO elpoco deseable golpe de estaDO PUES DEDOS MALES EL MENOR ! sANTOS ES ARROGANTE ,ORGULLOSO EGOCENTRICO , SOLO DESEA SU "NOBEL". PUES EL TIENE MUY SUFICIENTE DINERO PARA LUEGO IRSE A VIVIR A LONDRES DONDE YA LO HIZO Y ES AMIGO DEL PRIMER MINISTRO Y NOSOTROS SUFRIREMOS EL CHAVIZMO CON SUS EMBAJADORES LAS FARC . QUE DOLOR ! ADIOS A NUESTRA PRECIADA LIBERTAD
EliminarUn detalle Dr. Vallejo: al vicepresidente de la ANDI "se le escapó" en Caracol-Radio como que el plazo de las conversaciones era de 8 meses, algo así como a 05-2013, plazo suficiente para que un sector de las Farc (el que está conversando) logre ingresar a la vida política; Santos ya ha demostrado habilidades en cuanto a lo que obedece (y desobedece) a trámites constitucionales. Habrá un sector disidente en las Farc que seguirá con las armas redoblando esfuerzos y tecnologías de guerra. Es fácil de ver, un narcotraficante nunca deja el oficio por voluntad propia.
ResponderEliminarYo veo episodios en cierta medida similares a los de finales de la década del 80 y principios de los 90, luego del ingreso del M-19 a la escena política; por ello el gobierno Santos hace inmensos esfuerzos en perseguir a toda costa a los grandes capos y funcionarios corruptos con un nivel de información tal (amén de su capacidad de armamento) que puedan convertirse en serio impedimento para el desarrollo "normal" de las conversaciones de La Habana. Los grupos armados de extrema derecha difícilmente se quedarán complacientes al ver como sus enemigos directos (y en algunas ocaciones socios en materia de negocios) obtienen beneficios políticos. Sin la presencia de los grandes capos de aquel entonces y atendiendo a los cambios en las redes de distribución de la droga (las grandes cabezas están ahora en Venezuela, Ecuador y Brasil) lo que está por venir se hace impredecible. Esta paz es simple y llanamente 'BUSINESS TRANSACTION'.
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ResponderEliminarMy web-site; skin lightening surgery