sábado, 11 de diciembre de 2010

Más sobre los nuevos mejores amigos

Los únicos enemigos del ex presidente Uribe que Santos no se ha atrevido a incorporar al círculo de sus nuevas mejores amistades son los terroristas de las Farc y el ELN. Pero todos los demás se han visto beneficiados de algún modo con la política de borrón y cuenta nueva que se ha instaurado a partir del 7 de agosto pasado en la Casa de Nariño.

Es muy diciente, por ejemplo, el encuentro con Petro, quien salió diciendo que le gustaba hablar con un Presidente que no lo “chuzaba”, a diferencia de Uribe. También lo es la vistosa invitación que le hizo a César Gaviria para que lo acompañara en una ceremonia militar.

El mensaje es muy claro. Tal como lo señalé en mi escrito anterior, Santos aspira a quedarse con los amigos de Uribe, pero no quiere heredar sus enemistades.

Desafortunadamente, su propósito de no malquistarse con las segundas y darles gusto para mantenerlas en su redil no impide los roces con los primeros.

Sólo la prudencia de Uribe ha evitado que se produzca la ruptura con su sucesor, quien no ha escatimado oportunidad alguna para hacerlo quedar mal ante propios y extraños.

Ya me he referido a los temas de Venezuela, Ecuador y Unasur, que de todas maneras requieren consideraciones más detalladas. Tocaré ahora algunos de los aspectos relevantes de las nuevas mejores amistades presidenciales en el ámbito interno.

Uribe, con buenas razones que por lo menos ameritan examinarse, ha denunciado que sus colaboradores no gozan de garantías por parte de algunos sectores de la Corte Suprema, la Procuraduría y la Fiscalía, por lo cual considera que deben de protegerse buscando asilo en el exterior.

Pues bien, para conservar su luna de miel con la Corte, Santos sale a desmentirlo públicamente y a censurar al gobierno panameño por el asilo que le otorgó a María del Pilar Hurtado.

Su discurso es idéntico al del Presidente de la Corte: Colombia es un Estado de Derecho que consagra un sistema garantista y el gobierno está en capacidad de proteger a todos los habitantes del territorio, lo cual, en buena lógica, es una petición de principio, pues admite como probada la premisa que se cuestiona.

En un rapto de euforia, se solaza con la elección de nueva Fiscal, diciendo que de con ello todo el mundo ha quedado contento. Todo el mundo, en efecto, salvo los defenestrados, los que consideramos que ahí se perpetró un grave atentado contra la institucionalidad y, de seguro, el ex presidente Uribe, a quien se le propinó una bofetada al dársele razón a la Corte en lo de la inhabilidad que inventó, según la cual el hecho de que a alguien lo hubiese candidatizado Uribe configuraba un impedimento insalvable para su elección como Fiscal.

Ya he dicho que el ministro Varguitas debe muchas explicaciones acerca de las maniobras que se realizaron en la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado con el propósito de imponer la extravagante tesis jurídica del decaimiento de la terna que postuló Uribe.

Pero hay algo más. Designar para el ministerio del Interior y de Justicia a un enemigo jurado de Uribe es un error monumental.

Varguitas pudo haber ganado un  espacio ante la opinión por su buen desempeño en la campaña presidencial, pero no tiene la sindéresis que se requiere para el manejo de una situación política delicada. Es jefe de una facción minoritaria dentro de la coalición gubernamental, aspira a llegar a la primera magistratura, tiene cuentas para cobrarle a Uribe, pretende al parecer quedarse con el Partido Liberal, no goza de la confianza de los conservadores y tampoco se destaca propiamente por sus buenas maneras.

Se dice en los mentideros bogotanos que la posibilidad de que fuera designado para la cartera de Defensa no sólo suscitó la reacción airada de Francisco Santos, sino temores dentro del entorno del propio Juan Manuel, pues no faltó quién pensara que ponerlo al frente de las Fuerzas Armadas le otorgaría un poder enorme a alguien que ha demostrado que no tiene muchas talanqueras.

Quizás no sea impertinente traer a colación un recuerdo familiar. Él presidente Misael Pastrana Borrero tuvo que afrontar al comienzo de su gestión las tensiones entre Carlos Lleras Restrepo y Julio César Turbay Ayala. Como no quería caldear el ambiente, le rogó a mi padre que aceptara. así fuese por unos pocos meses, el ministerio de Gobierno, dado que gozaba de la confianza de los dos jefes liberales.

Santos, en cambio, ha tenido pocas consideraciones con el ex presidente Uribe y con los socios conservadores. Al fin y al cabo, a éstos ya los había humillado en la campaña presidencial. Hoy están pagando el precio de su abyección.

Se habla también de la inclusión de Samper dentro del abigarrado círculo de nuevos mejores amigos de Santos. Por lo pronto, ya le entregó el manejo de las relaciones con Venezuela y nada menos que la Fiscalía, a la que le toca avanzar hoy en el tema de la investigación por la muerte de Álvaro Gómez Hurtado.

Ya se verá si avanza o, por el contrario, retrocede.

No sobra recordar lo que he dicho en escritos anteriores acerca de que a la Fiscalía, por orden de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, le corresponde también investigar al propio Santos, al ex Comandante de la Armada y a un alto oficial de la misma, porque supuestamente incurrieron en falso testimonio en el proceso que se adelantó contra Arango Bacci.

Por supuesto que ya hay un impedimento para que la Fiscalía avance en la investigación contra Santos, dado el fuero que hoy lo cobija. Pero no sobra preguntarle a Viviane Morales si cumplirá en lo concerniente a los otros dos implicados.

Hay que preguntarles a los magistrados de la Corte Suprema cuál fue la razón para que citaran a aquélla junto con Esguerra y Arrieta para someterse al examen de aptitud, cuando al parecer ya había doce magistrados con el voto comprometido con Viviane Morales , según se dice en fuentes de la propia Corte, en connivencia con la Casa de Nariño.

Ahora que estamos en la era del Wikileak, no sobraría que se hiciesen públicos los tejemanejes que hubo para lograr que la Corte, variando sospechosamente la interpretación de su propio reglamento, eligiera a quien se hizo famosa desde los puntos de vista político y jurídico por la defensa que hizo de Samper en el proceso que en su contra adelantó la Cámara de Representantes por la financiación irregular de su campaña presidencial. No le gustaron Gómez, Velilla ni Cabello, pero en cambio sí la defensora a ultranza de Samper, que es el gran beneficiario del bochornoso episodio que protagonizó la Corte al dilatar por más de un año la elección de Fiscal.

Se ve claro que a Santos le gusta buscar resultados aparentes y a corto plazo, sin cuidarse mucho de su trasfondo y los efectos a mediano y remoto porvenir. No le duelen las claudicaciones ni lo asustan las volteretas. Al fin y al cabo, tiene a su disposición a los dómines del prensa capitalina y cuenta con una opinión pública poco informada, así como no muy predispuesta  a la finura del análisis.

Temo que, como dijo Churchill de algún Primer Ministro británico, la historia lo consagre como un prodigio de blandura. Ya volveré sobre este tópico.

3 comentarios:

  1. Me perdonará el doctor Vallejo, pero la gran baza de Santos es la estrechez de miras de los uribistas, que todavía no son capaces de plantearse la oposición por miedo a perder a los congresistas y a los políticos que tienen cargos en el gobierno. La ley de víctimas es un ejemplo perfecto de lo que se podría denunciar y combatir con éxito, pues hasta la cifra que pagará cada víctima de esa ley es redonda, pero el caso es que la aprobaron.

    En mi opinión, Uribe y José Obdulio Gaviria deberían reconocer el tremendo error que fue el intento de una segunda reelección y plantearse desde la minoría parlamentaria y mediática, pero no social, por fin crear un partido doctrinario y promover una Asamblea Constituyente para enderezar el país. Pero eso que deberían hacer es sólo mi opinión, mientras que los hechos demuestran que no harán nada de eso.

    Muy buen artículo.

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  2. Que bueno volver a contar con el blog del DR. Vallejo y sus excelentes comentarios y posiciones. Definitivamente con amiguitos como el "gelatino" de Juan Manuel Santos, ¿Para qué chávez, ortega, evo, rafael, la córdoba, el tal petro, el baboso de robledo....? De una cosa estoy seguro y es que Santos terminará pidiendo el auxilio y la guía del Doctor Uribe a gritos. Siempre todo en luna d emiel sabe a dulce, esperemos que salga de ella para que vea lo que es bueno.
    JEALBO

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  3. La clara maquinación de JUAN MANUEL SANTOS tenía como propósito la utilización de los votos que aglutinaba ALVARO URIBE VELEZ; la página web que creó es evidencia y de contera cinismo de su posición; por eso se encontraba agazapado esperando la decisión de la Corte Constitucional respecto de su nueva reelección, cosa que sencillamente creyó ciegamente ALVARO URIBE VELEZ, lo que me plantea a continuar preguntándome si es mejor la verticalidad de éste o la hipocresía de aquel?

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