miércoles, 10 de septiembre de 2014

La Homosexualización de la Sociedad

Hace algo más de diez años, a raíz de un proyecto de ley sobre uniones homosexuales que a la sazón se debatía en el Congreso, publiqué una serie de artículos en El Colombiano para oponerme a tal iniciativa. En alguno de ellos señalé que su objetivo final era la promoción de la agenda para imponer en la sociedad el estilo de vida homosexual, por lo que las cosas no se quedarían ahí, en el reconocimiento de derechos de las parejas homosexuales, sino que irían bastante más allá, como por ejemplo, en la transformación de los cursos de educación sexual en las escuelas para incluir en ellos las técnicas de interacción homosexual. En síntesis, observaba que venía en camino una profunda revolución moral y, por consiguiente, cultural.

 

Creo que los hechos me han dado la razón. Ahora, con la ayuda de internet, cuento con muchos más elementos de juicio par validar lo que en aquel momento era apenas una intuición.

 

Es una revolución que ha avanzado vertiginosamente en el transcurso de este siglo, tal como puede apreciarse en este escrito:http://lcnproducciones.wordpress.com/problematica-social/matrimonio-homosexual-y-adopcion-de-ninos/?blogsub=confirming#subscribe-blog

 

Ahí se lee que Holanda fue el primer país que reconoció por ley, en 2001, el matrimonio homosexual. Lo han seguido Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Argentina y Dinamarca, entre otros. Y donde no ha sido posible establecerlo por decisión legislativa, como en Colombia, a las uniones homosexuales se las ha legitimado por vía judicial. De manera concomitante, han proliferado las iniciativas para aceptar la adopción de niños por parejas del mismo sexo, así como para imponer la agenda homosexual en la educación y penalizar a quienes se atrevan a disentir de estas tendencias que, como digo, implican una revolución a fondo en la esfera de las costumbres.

 

Como no es bien conocida de todos la Ley 1482 de 2011, que tipifica los actos de racismo y discriminación en el Código Penal, transcribo en seguida su texto, sobre el que luego haré algunas consideraciones:

 

Ley 1482 de 2011

(noviembre 30)

Diario Oficial Nro. 48.270 del 1 de diciembre de 2011

CONGRESO DE LA REPÚBLICA

Por medio de la cual se modifica el Código Penal y se establecen otras disposiciones

DECRETA:

TÍTULO I.

DISPOSICIONES GENERALES.

ARTÍCULO 1o. OBJETO DE LA LEY. Esta ley tiene por objeto garantizar la protección de los derechos de una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, que son vulnerados a través de actos de racismo o discriminación.

ARTÍCULO 2o. El Título I del Libro II del Código Penal tendrá un Capítulo IX, del siguiente tenor:

CAPÍTULO II.

De los actos de discriminación.

ARTÍCULO 3o. El Código Penal tendrá un artículo 134ª del siguiente tenor:

Artículo 134A. Actos de Racismo o discriminación. El que arbitrariamente impida, obstruya o restrinja el pleno ejercicio de los derechos de las personas por razón de su raza, nacionalidad, sexo u orientación sexual, incurrirá en prisión de doce (12) a treinta y seis (36) meses y multa de diez (10) a quince (15) salarios mínimos legales mensuales vigentes.

ARTÍCULO 4o. El Código Penal tendrá un artículo 134B del siguiente tenor:

Artículo 134B. Hostigamiento por motivos de raza, religión, ideología, política, u origen nacional, étnico o cultural. El que promueva o instigue actos, conductas o comportamientos constitutivos de hostigamiento, orientados a causarle daño físico o moral a una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo, por razón de su raza, etnia, religión, nacionalidad, ideología política o filosófica, sexo u orientación sexual, incurrirá en prisión de doce (12) a treinta y seis (36) meses y multa de diez (10) a quince (15) salarios mínimos legales mensuales vigentes, salvo que la conducta constituya delito sancionable con pena mayor.

ARTÍCULO 5o. El Código Penal tendrá un artículo 134C del siguiente tenor:

Artículo 134C. Circunstancias de agravación punitiva. Las penas previstas en los artículos anteriores, se aumentarán de una tercera parte a la mitad cuando:

1. La conducta se ejecute en espacio público, establecimiento público o lugar abierto al público.

2. La conducta se ejecute a través de la utilización de medios de comunicación de difusión masiva.

3. La conducta se realice por servidor público.

4. La conducta se efectúe por causa o con ocasión de la prestación de un servicio público.

5. La conducta se dirija contra niño, niña, adolescente, persona de la tercera edad o adulto mayor.

6. La conducta esté orientada a negar o restringir derechos laborales.

ARTÍCULO 6o. El Código Penal tendrá un artículo 134D del siguiente tenor:

Artículo 134D. Circunstancias de atenuación punitiva. Las penas previstas en los artículos anteriores, se reducirán en una tercera parte cuando:

1. El sindicado o imputado se retracte públicamente de manera verbal y escrita de la conducta por la cual se le investiga.

2. Se dé cumplimiento a la prestación del servicio que se denegaba.

ARTÍCULO 7o. Modifíquese el artículo 102 del Código Penal.

Artículo 102. Apología del genocidio. El que por cualquier medio difunda ideas o doctrinas que propicien, promuevan, el genocidio o el antisemitismo o de alguna forma lo justifiquen o pretendan la rehabilitación de regímenes o instituciones que amparen prácticas generadoras de las mismas, incurrirá en prisión de noventa y seis (96) a ciento ochenta (180) meses, multa de seiscientos sesenta y seis punto sesenta y seis (666.66) a mil quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes, e inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas de ochenta (80) a ciento ochenta (180) meses.

ARTÍCULO 8o. VIGENCIA. La presente ley rige a partir de su promulgación y deroga todas las disposiciones que le sean contrarias.

 

Del texto se desprende que la ley se ocupa de tres temas principales: la discriminación, el hostigamiento y la apología del genocidio o el antisemitismo. 

 

La discriminación consiste en impedir, obstruir o restringir arbitrariamente el pleno ejercicio de los derechos de las personas por razón de su raza, nacionalidad, sexo u orientación sexual. Con esta figura se pretende castigar el racismo, el chauvinismo, el machismo y la homofobia. Es curioso que no se mencione la discriminación por consideraciones religiosas, pero no resulta difícil advertir el porqué: a los católicos y, en general, a los cristianos si se nos puede discriminar. A la luz del texto, si un padre de familia reprende a su hijo por los medios homosexuales que esté frecuentando, incurre en en este delito.

 

El hostigamiento cubre una gama más amplia: los motivos de raza, religión, ideología, política, u origen nacional, étnico o cultural. Según el DRAE, hostigamiento equivale a acoso. Y una de las acepciones del mismo consiste en “Práctica ejercida en las relaciones personales, especialmente en el ámbito laboral, consistente en un trato vejatorio y descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente”. El texto legal amplía la noción: el hostigamiento que se castiga va orientado a causar daño físico o moral a una persona, grupo de personas, comunidad o pueblo. El mero insulto o la alusión peyorativa podrían, entonces, configurar trato vejatorio y descalificador capaz de causar por lo menos daño moral consistente en la aflicción, la dignidad lastimada o la desestabilización psíquica.

 

Con base en disposiciones de este jaez, en otras latitudes se ha enjuiciado y castigado a predicadores cristianos que recuerdan en los púlpitos las duras referencias que se encuentran en la Biblia contra la homosexualidad y otras prácticas que en la misma se consideran aberrantes.

 

Bien podría aquí abrirse proceso contra cualquier católico que suscribiese la siguiente declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1975: "Según el orden moral objetivo, las relaciones homosexuales son actos privados de su regla esencial e indispensable. En las Sagradas Escrituras están condenados como graves depravaciones e incluso presentados como la triste consecuencia de una repulsa de Dios" (Vid. http://www.es.catholic.net/hispanoscatolicosenestadosunidos/584/1471/articulo.php?id=6877).

 

Difundir, incluso, lo que enseña el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la condición y los actos homosexuales, que considera intrínsecamente desordenados, podría considerarse vejatorio  y psíquicamente desestabilizador:

 

 

Castidad y homosexualidad

2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.

2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.

2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

 

En fin, afirmar que no es posible la equiparación moral y jurídica de la heterosexualidad y la homosexualidad, suscita el riesgo de que se abran procesos instigados por quienes consideren que de ese modo se los veja y se les desestabiliza psíquicamente.

 

La tercera figura que contempla la ley en comento es la apología del genocidio y el antisemitismo, con el propósito de castigar a quienes por cualquier medio difundan ideas que los  promuevan, propicien o de alguna manera los justifiquen, o pretendan la rehabilitación de regímenes o instituciones que amparen prácticas generadoras de las mismas. Por consiguiente, si uno da lugar  a que lo moteje de “neonazi”o  pone en duda las cifras del Holocausto, se expone a que la Fiscalía le abra investigación. A lo mismo podría exponerse, en sana lógica, quien defendiera lo que hicieron Stalin, Mao, Pol Pot y, en general, los dictadores comunistas que causaron el genocidio más brutal de la historia, los cien millones de muertos que registra “El Libro Negro del Comunismo”. Pero es dudoso que el Fiscal quiera habérselas con sus antiguos conmilitones, sobre todo ahora que funge de defensor de oficio de los carniceros de las Farc.

 

Esta tercera figura ilustra sobre el común origen de las dos primeras. Como nadie que al parecer esté en sus cabales podría negar la total carencia de fundamento racional y moral del racismo, ni sus aterradoras consecuencias, como las que acreditan los campos de concentración nazis y demás testimonios sobre el Holocausto, no deja de tener buena presentación que se reprima a sus defensores y promotores, así se incurra en excesos, como la condena que en Austria se dio contra  David Irving, el conocido historiador británico que se hizo famoso por su libro “La Guerra de Hitler” y por cuestionar hechos y datos concernientes a la persecución nazi contra los judíos.

 

Hay, de hecho, un poderosísimo lobby sionista que actúa al servicio de los intereses israelíes y de las comunidades judías, para proteger su imagen histórica y defenderlos de persecuciones, discriminaciones y hostigamientos.

 

Pues bien, con razones similares se han integrado a sus esfuerzos los de organizaciones que con justa causa actúan en defensa de afrodescendientes , pueblos aborígenes y otras comunidades étnicas que han sufrido por obra del racismo.

 

E invocando una muy disuctible analogía, los activistas del feminismo y el colectivo LGTBI han pretendido identificar sus reclamos y aspiraciones con los de quienes luchan contra el racismo. La consigna ya no es entonces “Proletarios de todo el mundo, uníos”, sino “Discriminados de todo el mundo, uníos”. Es el marxismo cultural en marcha.

 

Cobijados bajo la misma manta, su acción se guía por idénticos procedimientos: sensibilizar a la opinión pública, presentarse como víctimas, satanizar a quienes de algún modo disientan de sus premisas, de sus métodos o de sus propósitos.

 

Pero en lo que atañe al feminismo radical y el colectivo LGTBI la acción va más allá de obtener reconocimiento y derechos, pues de lo que se trata es de provocar una profunda revolución cultural que desemboque, no en el reconocimiento de su igualdad, sino en la imposición de su hegemonía.

 

Acerca del feminismo radical, el siguiente testimonio es contundente:http://fellowshipoftheminds.com/2014/09/04/feminism-is-communism/

 

El colectivo LGTBI es aún más beligerante. No en vano se mencionan con insistencia sus pretensiones totalitarias. Su propósito no es solo la destrucción de la familia,  sino imponer su estilo de vida en toda la sociedad. Se habla en torno suyo  de un totalitarismo violento y bien financiado, tal como puede verse en:http://www.politicadeestado.com/index.php/item/2186-homosexual-denuncia-que-el-objetivo-del-lobby-gay-es-destruir-a-la-familia.html

 

Un contradictor anónimo me ha tildado de ignorante por citar lo que dice Borges acerca del prurito de los homosexuales de convencernos de que lo suyo es lo mejor; pero ahí están los hechos mondos y lirondos. La propaganda LGTBI es invasiva en los medios de comunicación, en el cine, en el debate público. Y su acción está presente en múltiples esferas, especialmente la académica y la educativa.

 

La educación pública en los Estados Unidos está en poder de sus activistas. Y lo mismo está ocurriendo en Colombia, pues no otro sentido tiene que el Ministerio de Educación esté  bajo el control de una lesbiana que hace alarde de su orientación sexual. En Inglaterra, una maestra fue sancionada porque se negó a que en su clase se leyera un libro de cuentos sobre aventuras de los pingüinos gays. Bajo el gobierno de Zapatero en España, uno de los textos de educación sexual era un folletín de caricaturas titulado “Alí Babá y sus cuarenta maricones”. Y en la Francia de Hollande, se estimula a los niños para que jueguen con muñecas y, a las niñas, para que lo hagan con carritos o “transformers”. Además, hay programas de ambientación de la cultura homosexual, como el de “mi papá viste de bata”.

 

De hecho, hay un compromiso nítido del actual gobierno norteamericano con la promoción de la homosexualidad. No faltan los que dicen que ello se debe a las supuestas orientaciones sexuales de la pareja presidencial. Así lo manifestó hace un par de meses  la recientemente fallecida comediante Joan Rivers en unas declaraciones,  tal como se registra en http://www.ijreview.com/2014/07/154150-joan-rivers-walks-cnn-interview-criticized-fur/

 

Pero la agenda de la homosexualización de América , anunciada y promovida por Denis Altmann en un libro que lleva este mismo título, viene de años atrás y es consecuencia de la liberación sexual de la década de 1960.

 

Jo Coleman, en “Cooked? The Homosexualization of the Entire American Culture”, se ocupa, según la reseña que hace Amazon de su libro, de mostrar en detalle cómo a lo largo de los últimos cuarenta años se ha producido un profundo cambio cultural tendiente a imponer la tesis de que la homosexualidad es un estilo de vida alternativo del todo aceptable. Todos los segmentos de la sociedad norteamericana han sido presionados para imponerles esta idea, tanto en el sistema educativo (desde el kindegarten hasta la universidad), como en el establecimiento político, las corporaciones, las organizaciones profesionales, los medios, la industria del entretenimiento e, incluso, las iglesias ( Vid. http://www.amazon.com/Cooked-Homosexualization-Entire-American-Culture/dp/0979821215).

 

Hay quienes consideran que la estrategia para imponer la homosexualización no es solo cultural, sino que se adelanta a través de otros medios, como la presión financiera que se ejerce, según se ha visto, sobre países africanos que la rechazan, o de modo clandestino, mediante la introducción en los alimentos o el agua destinada al consumo público de sustancias esterilizantes. De hecho, se ha constatado una disminución del 50% de los espermatozoides en la población global en las últimas décadas (Vid. The Eugenics Wars: Oppression of the Nanny State, en “The New World Order and the Eugenesics Wars-A Christian Perspective”, por Andrew John Hoffman).

 

La promoción de la homosexualidad pretende  borrar las diferencias entre  lo masculino y lo femenino. Se habla de roles intercambiables, se recomienda la práctica de la bisexualidad y se desacreditan las actitudes que resaltan los rasgos propios del varón o de la mujer, pues como dijo nuestro poeta, “Olivos y aceitunos, todos son unos”. Tras ello median consideraciones pragmáticas (el sexo no reproductivo), pero también ideológicas, tocantes con la tesis gnóstica que sigue la Masonería ocultista acerca de la androginia original del ser humano, que se trata de recuperar mediante el ocultismo sexual. Es tema de la obra diabólica de Aleister Crowley y de las extravagantes especulaciones de Gabriel López de Rojas.(Debo esta observación sobre el mito del Andrógino a un interesante comentario del  famoso biblista francés André Paul).

 

En el sitio de Henry Makow (henrymakow.com) leí hace poco   que, según  uno de sus corresponsales, en Dinamarca de hecho ya no se establece distinción alguna entre lo masculino y lo femenino. Siendo así, Dinamarca podría considerarse entonces como un laboratorio de la ingeniería social que pretende desarrollar el Nuevo Orden Mundial, del mismo modo que Holanda y Bélgica lo son de la eutanasia, y la Confederación Helvética lo es del suicidio asistido.

 

Judith A. Reisman, que denunció el fraude de los famosos informes de Kinsey sobre la sexualidad de los norteamericanos , sostiene que la propensión de los homosexuales hacia la pedofilia es mucho más elevada que la de los heterosexuales (Vid. http://linkis.com/wordpress.com/AYyto).

 

En el sitio http://www.barruel.com/info12.html puede encontrarse abundante información sobre las redes pedófilas que actúan con deplorable impunidad en las más altas esferas sociales de Europa y los Estados Unidos, frecuentemente vinculadas con las logias masónicas.

 

El papa Paulo VI declaró con enorme aflicción que el humo de Satanás se había colado por las hendijas de la Iglesia. Es probable que lo hubiera dicho a propósito de la ceremonia satanista que Malachi Martin denunció que se había celebrado en el Vaticano a poco de su elección.

 

Una de las manifestaciones de esa perversa penetración en la Iglesia es la presencia conspicua de la homosexualidad y la pedofilia, ligada esta con aquella, en no pocos de sus estamentos.Tal es el tema de dos libros estremecedores, “The Rite of Sodomy”, de Randy Engel, católica tradicionalista que se ha hecho famosa por sus trabajos de periodismo investigativo, y “Lucifer’s Lodge-Satanic Ritual Abuse in the Catholic Church ”, de William  H. Kennedy. El padre Germán Robledo Ángel se ha ocupado del asunto en lo que respecta a la Arquidiócesis de Cali,  en su libro “¿Hacia un clero gay?”, que plantea graves inquietudes acerca de la situación moral de los seminarios y la condescendencia de la jerarquía frente a prácticas escandalosas.

 

Coincido con Makow en que hay en los tiempos que vivimos muchísimos indicios de una extensa acción demoníaca que amenaza la supervivencia de la humanidad sobre la faz de la Tierra. La crisis espiritual, doctrinal y moral del Catolicismo parece darles la razón, además, a quienes piensan que ya estamos presenciando los eventos anunciados en muchísimas profecías, comenzando por la del Apocalipsis. Son profecías que alertan sobre una descomposición tal que implica la apostasía de la Iglesia.

6 comentarios:

  1. Facho uribista es este Vallejo

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  2. Con el respeto y cariño de siempre, discrepo totalmente de lo que enuncias en el blog.

    El homosexualismo es una realidad, y es tan sana o no como la vivan las personas, así como ocurre en las parejas heterosexuales.

    El libre desarrollo y la conformación de familias como cada persona las conciba es un paso que debe darse, y que de hecho ha tardado, para la igualdad humana. No hay una agenda de homosexualizacion, hay una revolución en las comunicaciones que ha permitido que la sociedad se manifieste frente dogmas religiosos impuestos por humanos, no por dioses, que han gobernado las religiones, muchos de ellos también homosexuales ( que no significa abusadores).

    Finalmente cada persona es libre de ofrecer su amor a quién quiera, y la calidad moral de ese amor no la determina una religión ni el género de a quién se lo ofrece, sino La nobleza, la pureza y la vitalidad de ese Amor. Pienso que aplica perfectamente la frase "vive y deja vivir"

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  3. Bien polémico este escrito. Dudo de la fiabilidad de las fuentes esgrimidas por el autor, varias de las cuales parecen provenientes de ciencia ficción. Preveo una catarata de insultos, que lamentaré habida cuenta de la respetabilidad que el autor ha concitado. Aparte de lo peligroso que es hacer ciertas consideraciones que ponen en duda el sufrimiento del pueblo judío durante el nazismo, me parece lo más contradictorio de todo citar como argumento de autoridad el Catecismo de la iglesia católica, institución alcahueta y permisiva con la pedofilia, en cuyo seno hay depravados y violadores en serie.

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  4. Hay dos formas básicas de cambiar o mantener los valores de una sociedad: una natural y otra artificial. La primera es la lógica consecuencia de los cambios que experimenta una sociedad según sus necesidades. La segunda es, podemos decir, planeada en laboratorio. El castrochavismo al que nos está conduciendo Juan Manuel Santos es artificial, y se caracteriza por enaltecer los valores que quieren imponer y la aniquilación, mediante todos los medios, legales e ilegales, violentos y no violentos, de los valores diferentes o incompatibles con la nueva tendencia a imponer. Así, la manera artificial del cambio social es siempre antidemocrática, en tanto que la natural es democrática y abierta a la discusión.

    La homosexualidad de la que nos habla el Dr. Vallejo es una visión de la sociedad que trata de ser impuesta por medios artificiales: mediante una educación impuesta mediante decreto o ley, mediante la satanización de los que no están de acuerdo con ella, mediante experimentos y prácticas sociales que conducen a ella, etc.

    El remedio contra esa clase de cambio social impuesto a las malas es, como todo remedio contra los métodos artificiales de cambio social, la apertura democrática, la discusión abierta y la lucha por el respeto a la libertad del pensamiento y la opinión. En últimas, toda imposición se contrarresta por medios de libertad.

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  5. Alfonso Iregui Salomón10 de septiembre de 2014, 14:01

    Me parecen muy dudosas las fuentes a las que acude el autor para soportar sus muy polémicas opiniones. Pero sobretodo, citar el catecismo de la iglesia católica como fuente suprema de toda autoridad para hablar contra la homosexualidad es un despropósito: ninguna institución como esa ha fomentado más, prohijado y alcahueteado tan sangrantemente las más aberrantes prácticas de homosexualismo, no solo entre sus miembros si no, sobretodo, contra niños indefensos y personas sometidas a la manipulación religiosa a través de la ignorancia y el pavor. Doctor Vallejo: debajo de muchas (no todas) alegres sotanas se esconden las más pervertidas nociones de la sexualidad, de mentes torcidas. El catecismo no sirve para dar lecciones morales de nada!

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