miércoles, 11 de marzo de 2015

Otro cóctel de vodka y agua bendita

Creo que fue Guillermo León Valencia quien definió la ideología del malogrado cura Camilo Torres Restrepo como “un cóctel de vodka y agua bendita”.

Hoy contamos con nuevas versiones de ese vomitivo. Nos las brindan en sendas copas los narcoterroristas Iván Márquez y Jesús Santrich, así como el tristemente célebre cura Javier Giraldo Moreno S.J, que al parecer  en escandaloso contubernio coinciden en tratar de convencernos de que el horrible accionar de las Farc se justifica por el sagrado derecho de rebelión y que al noble ejercicio del mismo ha tratado de limitarse su conducta, de suerte que sus excesos apenas vienen a constituir efectos colaterales tan inevitables como indeseados.

Tales son las tesis que se desprenden de los términos de la entrevista que los dos primeros le concedieron a The New York Times y de la ponencia que el eclesiástico publicó como contribución al estudio de las causas y el desarrollo del conflicto con las guerrillas en nuestro país (Vid.http://www.nytimes.com/video/opinion/100000003452856/prospect-of-peace-talking-with-the-farc.html?emc=edit_th_20150118&nl=todaysheadlines&nlid=64762377 y http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/descargas/comisionPaz2015/GiraldoJavier.pdf).

Por supuesto que uno no tiene por qué extrañarse de las mentiras de las Farc, pues se trata de una organización verdaderamente demoníaca, y bien sabido es que el Demonio es el Padre de la Mentira. Pero sí lo inquieta y hasta lo escandaliza que una persona que se dice consagrada a dar testimonio de la verdad del Evangelio, como lo es el jesuita en mención, se esmere en la defensa de quienes no le han ahorrado a la población colombiana sufrimiento alguno, no tanto en procura de la justicia, cuanto en su empeño por someterla a un régimen totalitario y liberticida.

Que la sociedad colombiana exhibe múltiples aspectos injustos que ameritan corregirse, es algo que nadie que esté en sus cabales podría negar. Las cifras son elocuentes y su comparación con las de otros países suele dejarnos bastante mal parados. Hay muchísimos motivos para promover entre los nosotros la lucha por la justicia en los distintos ámbitos de la vida de relación.

Pero de ahí a sostener que esa lucha por la justicia sea menester adelantarla recurriendo a la violencia y que su propósito deba de identificarse con modelos tan cuestionables como el cubano o el venezolano, por no hablar del que se hundió con la Unión Soviética, hay mucho trecho. Y tal es la ideología de las Farc, del Eln y, desde luego, del padre Giraldo S.J.

El recurso a la violencia para oponerse a un régimen injusto es tema que se ha examinado hasta la saciedad a lo largo de la historia del pensamiento político.

Una aproximación racional al mismo  enseña que es un recurso extremo al que solo debe acudirse como última opción, de manera excepcional y con mucha cautela. Pero hay ideologías que por extrañas consideraciones profesan un culto desmedido por la acción violenta. Y hay personalidades enfermizas que adhieren espontáneamente a las soluciones de fuerza y adoptan con fanatismo esas ideologías.

Recuerdo al respecto un libro bastante olvidado hoy de Zebedeu Barbu que lleva por título “Psicología de la Democracia y la Dictadura”, en el que se analizan las tendencias democráticas y totalitarias de las distintas personalidades, o los lúcidos escritos de Erich Fromm sobre estos tópicos, especialmente “El Miedo a la LIbertad”.(Vid. http://www.enxarxa.com/biblioteca/FROMM%20El%20Miedo%20A%20La%20Libertad.pdf).

La adhesión a ideologías promotoras de la violencia ancla a no dudarlo en la zona abisal del espíritu, lo que los psicoanalistas denominan el inconsciente, y las oscuras energías que le aportan su dinámica. Es algo que un psiquiatra que por ahí intentó sin éxito refutarme, parece ignorar de medio a medio. No es, en efecto, un proceso racional el que suele llevar al apoyo de los violentos e incluso a incorporarse a sus filas, sino, a menudo, una sociopatía. Mire bien, señor Mira, los personajes que defiende, que bien podrían llegar a ser pacientes suyos, a menos que usted se haya contagiado de su locura.

Hay ciertas personalidades religiosas que son proclives, más que al autoritarismo, a la dictadura y los excesos totalitarios. Los sujetos de esta laya desacreditan la religión y hacen pensar que esta es de suyo irracional, intolerante, impositiva e inhumana. Ciertos rasgos de la Teología tradicional parecen darles la razón a estos críticos. Pero la Teología de la Liberación, fuertemente impregnada de marxismo-leninismo, no escapa a estas tendencias. Hay en ella un fundamentalismo tan dañino como cualquiera otro. Y ese fundamentalismo lleva a sus promotores a legitimar el terror, como lo hace el cura de marras.

El Evangelio, como todo texto, es susceptible de múltiples lecturas. Pero, bien mirado en su conjunto y en lo que prescribe de modo tajante, no cabe presentarlo como legitimador de la ideología de la violencia que propugna cierta izquierda que mal hace en llamarse católica. Repito acá la frase de S.S, Paulo VI en Bogotá que traje a colación en un escrito anterior:"La violencia no es cristiana ni es evangélica".

Presentar a Nuestro Señor Jesucristo como un revolucionario político y social al estilo de los que estudia Josef Leo Seifert en “Los Revolucionarios del Mundo” (Luis de Caralt, Barcelona, 1953) no es más que una descarada impostura, pues, como lo demuestra Seifert, ese espíritu revolucionario es propio de la herejía del gnosticismo y no del cristianismo ortodoxo.

Permítaseme citar un pensamiento del Dr. Eben Alexander, quien a raíz de una Experiencia de Muerte Cercana que relata en su libro “La Prueba del Cielo”, ha vivido un proceso de despertar espiritual a través del que ha superado la estrechez de las concepciones cientificistas en boga, para descubrir la enorme riqueza de las tradiciones religiosas, en especial las del cristianismo. Escribe el Dr. Alexander que “El universo está basado en amor, pero si no tenemos amor dentro de nosotros mismos, el universo quedará cerrado para nosotros” (Alexander, Eben y Tompkins, Ptolemy,”La Geografía del Cielo”, Diana-Planeta, Bogotá, 2014, p. 113).

La esencia del mensaje evangélico es el amor y mal puede un sacerdote jesuita tergiversarla para justificar todo un programa de odio de clases y de violencia política que no se arredra ante los peores excesos de que es capaz el corazón humano cuando lo impulsan fuerzas demoníacas.

Como la nuestra es una sociedad violenta, pese a los argumentos en contra que suele esgrimir con las mejores intenciones Eduardo Posada Carbó, las reflexiones sobre la violencia deberían estar en el centro del debate público.

Está bien adelantarlas a partir de una confesión colectiva de culpabilidades en cuya virtud nadie estaría legitimado para arrojar la primera piedra. Pero la actitud arrogante de las Farc, aupada por el cura Giraldo S.J., está muy lejos de ahí: los violentos son los otros, no ellos.

Vuelvo al Dr. Alexander para una cita muy pertinente a lo que acá examino:"Usted no puede llegar con deshonestidad hasta la verdad. Usted no puede acercarse a ella mientras se diga mentiras a sí mismo o a otros. Usted no puede acercarse si porta una tajada fina y superficial de sí mismo y deja atrás a su ser más grande y profundo. Si quiere ver el cielo completo, tiene que presentarse usted completo, o mejor quédese en casa” (Op. cit., ps. 113-4).

He escrito que hay unos condicionamientos morales necesarios para adelantar con seriedad los diálogos con la guerrilla, pero tanto los voceros de esta como los del gobierno los han ignorado de modo irresponsable. Son diálogos presididos por el espíritu de la mentira. No son constructivos, sino destructivos, y así lo ha advertido la gente del común, que siente defraudada su confianza con el cortejo de engaños y manipulaciones desplegado por Santos, sus negociadores y los facinerosos de las Farc.

Viene a mi mente una consideración que hace muchos años leí en un libro de Bertrand Russell, tal vez el que versa sobre la libertad y la organización. El célebre filósofo, que a decir verdad no es santo de mi devoción, se refería al terror comunista para señalar que si estuviera demostrado que a través del mismo se pudiese instaurar un paraíso terrenal, tal vez cabría justificarlo. Pero, ante la ausencia de dicha prueba, ese terror sería del todo inadmisible.

Hoy ya sabemos a ciencia cierta que el comunismo no trae consigo el paraíso terrestre, sino un infierno. Hacerle caso al cura Giraldo S.J. no solo nos arrojaría al infierno en este mundo, sino, quizás, al eterno. Por eso, Malachi Martin pidió que se le diera de baja en la Compañía de Jesús. Adujo, en efecto, que su permanencia en ella pondría en peligro la salvación de su alma.

Me queda la tarea de examinar con cuidado la ideología de las Farc, si lo que presentan como tal merece ese nombre.¿No dijo Sartre que el nazismo no podía ser tomado en serio, pues ni siquiera merecía que se lo considerara como una ideología? Es tan rudimentario el repertorio de enunciados políticos de los voceros de las Farc, que resulta difícil presentarlo racionalmente, así sea con el ánimo de refutarlo. Para muestra, los deplorables discursos de Márquez y Santrich en la entrevista con The New York Times que atrás he mencionado.

3 comentarios:

  1. En la lucha por los cambios sociales hay dos filosofías opuestas la una a la otra. La una es la filosofía del odio al enemigo u oponente, contra el cual todos los medios se valen, principalmente los medios que traen muerte y destrucción, no solo al oponente, sino también a inocentes. La otra filosofía es la de la no-violencia, resistencia pacífica, o del amor.

    Las Farc aplican la filosofía del odio, en su lucha por conseguir un cambio social. El Cheguevara proclamaba que matar era necesario para conseguir la revolución, y confesaba que a él le gustaba matar. El Padre Giraldo parece que considera que la filosofía seguida por las Farc es la adecuada para luchar por la justicia social. Pero como jesuita, el Padre Giraldo debería haberse afiliado a la filosofía del amor.

    Martin Luther King Jr. consiguió un tremendo cambio social en los Estados Unidos a través de la filosofía de la no-violencia, a favor de la comunidad negra de este país, que era horrendamente discriminada por la mayoría blanca y por los gobiernos estatales y locales del país. Hace aproximadamente tres meses fue descubierto uno de sus discursos, pronunciado en Londres en 1964, sobre su lucha contra la segregación, donde explica en qué consiste la filosofía de la no-violencia. A continuación he traducido algunos apartes de su discurso. El original está en Inglés y puede leerse en el link http://www.democracynow.org/2015/1/19/exclusive_newly_discovered_1964_mlk_speech

    “Estoy convencido de que la no-violencia es el arma más potente disponible para el pueblo oprimido en su lucha por la libertad y la justicia. Esta tiene una manera de desarmar al oponente, exponiendo sus defectos morales. Debilita su moral y, al mismo tiempo, trabaja en su conciencia, y él no sabe siquiera como manejar esto. Si el oponente no te golpea, maravilloso. Si te golpea, tú desarrollas el coraje silencioso de aceptar golpes sin tomar represalias. Si no te pone tras las rejas, maravilloso. Nadie desea ir a la cárcel. Pero si te ponen en prisión, vas a la cárcel y transformas esa mazmorra de vergüenza en un paraíso de libertad y dignidad humana. Aún si trata de matarte, desarrollas la convicción interior de que hay algo tan querido, algo tan precioso, algo tan eternamente verdadero, por lo que vale la pena morir. Y si un hombre no ha descubierto algo por lo que moriría, no está en condiciones de vivir. Y esto es lo que dice la disciplina de la no-violencia.”

    “Y luego otra cosa de ella es que da al individuo una manera de luchar para conseguir fines morales a través de medios morales. Uno de los grandes debates de la historia ha sido sobre toda la cuestión de fines y medios. Desde el tiempo de los diálogos de Platón, pasando por Maquiavelo y otros, hay aquellos individuos que consideraron que el fin justifica los medios. Pero en un sentido real, la filosofía de la no-violencia se presenta y dice que el fin es preexistente a los medios. Los medios representan el ideal en la construcción y el fin en el proceso. Y en el largo plazo de la historia, medios inmorales no pueden realizar fines morales. De alguna forma el hombre debe llegar a la conclusión de la necesidad de tener fines y medios coherentes…Y esta es una de las cosas fundamentales de la filosofía de la no-violencia. Ella nos señala un camino y un método de lucha que dice que puedes buscar conseguir fines morales a través de medios morales.”

    “Ella también dice que es posible luchar contra un sistema perverso, injusto, con toda tu fuerza y con todo tu corazón, y aún odiar aquel sistema injusto, pero manteniendo una actitud de buena voluntad y comprensión y aun amor por los perpetradores de aquel sistema inicuo… porque estoy convencido de que es amor el que hace girar al mundo, y de alguna manera este tipo de amor puede ser una fuerza poderosa para el cambio social.”

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    1. Excelente...La rebelión con sangre y tragedias es simple ASESINATO ALEVE y nunca un sagrado derecho. Jealbo

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  2. Excelente artículo...Quien cree que la rebelión es un sagrado derecho para matar, asesinar, violar, secuestrar, traficar, robar, torturar atropellar...es un delincuente más. Jealbo

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