martes, 24 de noviembre de 2015

Un prodigio de blandura

Por amable invitación del Club Campestre de Medellín tuve oportunidad de participar con mis apreciados amigos Rafael Uribe Uribe y José Alvear Sanín en un importante evento que se programó con el propósito de analizar con sus socios el proceso de paz que se adelanta en La Habana.

Mi exposición versó sobre los siguientes temas:

1-Juan Gómez Martínez dijo hace poco que en sus ochenta años de vida nunca había presenciado una situación de tanto riesgo para Colombia como la que ahora vivimos a raíz de los diálogos que ha entablado el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con las Farc.

2- Es una situación que exige que la ciudadanía reflexiones cuidadosamente acerca de sus posibles desarrollos, por cuanto los mismos podrían afectar decisivamente la vida de todos.

3- Los socios del Club hacen parte de la clase dirigente del país. Es una clase que goza, desde luego, de múltiples ventajas que no es del caso enumerar en esta oportunidad, pues saltan a la vista. Pero esas ventajas acarrean responsabilidades. Y la principal responsabilidad de una clase dirigente es precisamente la de dirigir. Para ello, se hace menester que ´se informe adecuadamente de las situaciones que vive la sociedad colombiana y reflexione con buen criterio sobre ellas.

4- Lo primero que hay que examinar es la naturaleza de los conflictos que padece la sociedad colombiana. Hay una presentación muy simplista que trata de hacernos ver que el conflicto básico es entre las Farc y otros grupos insurgentes contra las autoridades legítimas del Estado. Esa es apenas una parte de la situación conflictiva que nos aqueja. En realidad, hay muchos actores violentos en juego, como las bacrim y los grupos delincuenciales que actúan sobre todo en las ciudades. Es un cuadro muy complejo que pone de manifiesto las múltiples debilidades de nuestra configuración social, una crisis generalizada de autoridad y la presencia conspicua del narcotráfico, que es, según lo ha reiterado hasta el cansancio el expresidente Uribe Vélez, el combustible que alimenta todas nuestras guerras.

5- Se sigue de ahí que un acuerdo bueno, regular o malo con las Farc no promete la paz, dado que apenas alcanzaría a solucionar quizás una parte del gran problema de deterioro del tejido social en nuestro país.

6- Las Farc no son , como parecen creerlo ciertos pastores de la Iglesia, unas ovejas descarriadas, sino lobos feroces que eventualmente pueden disfrazarse de ovejas. En efecto:

- Son una organización revolucionaria marxista-leninista fuertemente aferrada a esa ideología. De hecho, son unos fundamentalistas que aspiran a la toma del poder para imponernos un régimen totalitario y liberticida.

- Es una organización terrorista que ha dado atroces muestras de crueldad.

- En el ámbito internacional se considera, en fin, que son la segunda o tercera organización terrorista más rica del mundo, después de Isis, y una de las organizaciones narcotraficantes que lideran la producción y el comercio de la cocaína.

-Características suyas son la mendacidad, la brutalidad  y el cinismo, que suscitan justificada desconfianza acerca de la sinceridad de sus propósitos.

7- El gobierno del presidente Juan Manuel Santos ha cometido graves errores en la negociación con las Farc. El primero de ellos fue equipararlas a las autoridades legítimas del Estado. Después ha habido una seguidilla de claudicaciones que han convertido en letra muerta los tales inamovibles que dijo haber trazado aquel en su discurso de posesión del 7 de agosto de 2010.(Vid. http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2010/Agosto/Paginas/20100807_15.aspx).

8-Ignoró el presidente Juan Manuel Santos dos serias recomendaciones que había hecho desde tiempo atrás el hoy finado presidente López Michelsen, a saber:

-Que para entrar en negociaciones con las Farc era necesario doblegarlas primero. Eso lo logró el expresidente Uribe Vélez bajo su gobierno, pero el presidente Santos dejó perder la ventaja que aquel había conseguido.

-Que hay guerras que no se pierden en los campos de batalla, sino en las mesas de negociación. Así sucedió con la de Vietnam y lo mismo está ocurriendo hoy por hoy en Colombia.

9-Ya es claro que las Farc solo firmarán un acuerdo que les brinde la posibilidad de tomarse rápidamente el poder en virtud de las ventajas que se les otorguen, a las cuales se agregarían los ingentes recursos que poseen debido al narcotráfico y la minería ilegal, así como su infiltración en distintos escenarios institucionales y el dominio que han recuperado sobre vastos territorios de nuestro país.

10- Es cierto que Colombia padece severas deficiencias en materia de justicia social. Hay inequidad, pobreza  extrema, desempleo, desnutrición, crisis de la salud, etc. Sus indicadores son deficientes.

Pero la fórmula socialista que ofrecen las Farc ha mostrado que no resuelve esta problemática, sino que más bien la agrava. Ya es claro que sin libre empresa y economía de mercado no hay desarrollo posible.

Otra cosa es orientar los frutos del crecimiento hacia la mejoría de la calidad de vida de los diferentes sectores de la población.

Los hechos son tozudos: Cuba y Venezuela demuestran el fracaso del socialismo, como lo demostraron también la Unión Soviética, los países de Europa oriental, China y Vietnam, así como los países africanos que lo adoptaron después de la descolonización.

Por consiguiente, es irresponsable proponer que para que las Farc supuestamente cesen sus agresiones contra la institucionalidad colombiana y sus depredaciones contra la población, y se convenga la desmovilización de sus frentes, la dejación de sus armas y su inserción en la vida política normal, sea necesario entregarles a cambio las libertades que harían posible el desarrollo ordenado y equitativo de la economía colombiana.

11- Ciertas medidas que se están proponiendo dizque para resolver los problemas del agro, como la multiplicación de las zonas de reserva campesina, la elevación de los avalúos catastrales y la revisión de todos los títulos de propiedad con miras recuperar las tierras usurpadas por paramilitares, narcotraficantes y otros delincuentes, si se las maneja sin las debidas precauciones suscitarán nuevos y quizás  peores focos de violencia que los que se pretende superar mediante ellas.

12- Decir que el problema del narcotráfico se resolverá dándoles a las Farc la posibilidad de que sean ellas las encargadas de convencer a los campesinos cultivadores de coca para que accedan a la sustitución de esos cultivos por otros que sean benéficos para la sociedad, equivalen simple y llanamente a amarrar gato con longaniza.

A las Farc no se les está exigiendo que entreguen los capitales mal habidos, ni las rutas del narcotráfico. Y se les ofrece, además, algo estrambótico a más no poder: que el narcotráfico que han ejercido a troche y moche goce del tratamiento de favor del delito político por su conexidad con el mismo.

13- Se supone que Colombia vive bajo un régimen de democracia. Pero nada más alejado de esta que las profundas y todavía desconocidas transformaciones que se están cocinando en La Habana.

Este proceso se inició y desarrolló contrariando el voto abrumadoramente mayoritario que se depositó en 2010 por la continuidad de la seguridad democrática.

Su gestación obedeció a la voluntad del presidente Santos y una reducida camarilla que lo rodea. Se lo ha llevado a cabo en medio de mentiras, traiciones, disimulo y secreto, de modo que la opinión pública se ha mantenido desinformada acerca de sus conclusiones.

Ahora se tramita en el Congreso un proyecto de Acto Legislativo reformatorio de la Constitución Política en virtud del cual los acuerdos a que se llegare con las Farc se decidirán solo por una fracción del cuerpo legislativo, con prerrogativas exorbitantes en favor del Presidente y el otorgamiento al mismo de facultades tan amplias e incontroladas que harían de él un verdadero dictador.

No obstante la promesa que desde el principio se hizo acerca de que los acuerdos se someterían a refrendación popular, el gobierno ha venido dando palos de ciego respecto del mecanismo idóneo para dicho efecto.

En este momento promueve un plebiscito para cuya validez está solicitando que se reduzca a la mitad el umbral que señala la Ley Estatutaria vigente, lo que equivaldría a consagrar la democracia al 13% (vid. http://periodicodebate.com/index.php/opinion/columnistas-internacionales/item/10168-colombia-la-democracia-al-13).

Pero como las Farc saben que el plebiscito no es el instrumento adecuado para legitimar los acuerdos que le darían pie para tomarse el poder por una vía legítima,fuera de que con una votación irrisoria en favor de los mismos tendrían que enfrentar a una ciudadanía escéptica e incluso opuesta a sus designios, insisten en que el modus operandi de la refrendación popular sea convenido con ellas y consista en una asamblea constituyente.

Mas esta asamblea no sería elegida de conformidad con los principios que consagra nuestro sistema electoral, sino de acuerdo con su peculiar concepción de la democracia, que no reposa sobre el voto individual, sino sobre el de organizaciones sociales que ellas controlarían.

No cabe duda de que el gobierno terminará aceptando las exigencias del narcoterrorismo, pues está urgido de llegar a un acuerdo con sus líderes.

En dos palabras, la suerte de Colombia está en vilo y su clase dirigente parece no haberse percatado de ello.

La institucionalidad democrática se está viendo severamente distorsionada con estos ejercicios de mala imaginación conducentes a formalizar unos acuerdos concebidos a espaldas de la opinión mayoritaria de los colombianos.

Mejor dicho, todas las instituciones jurídico-políticas amenazan ruina a causa de la trapisonda gubernamental.

14- Ahora se está poniendo de manifiesto una nueva y ominosa perspectiva, derivada de la pretensión de las Farc de ubicar estos acuerdos dentro de la categoría de los acuerdos especiales contemplados por el Derecho Internacional Humanitario para regular los conflictos internos.

De hacer carrera esta tesis, lo cual es bastante probable dada la abyecta actitud del gobierno frente a los narcoterroristas,  no se requeriría ni siquiera la ratificación por parte del Congreso de lo que se llegare a convenir en La Habana, ni muchísimo menos la refrendación popular. Es una tesis que ya ha venido siendo sugerida por el Fiscal.

15- A propósito de todo esto, conviene recordar un debate que le hizo Churchill al primer ministro McDonald en torno del estatuto que se discutía hace unos noventa años en el parlamento británico sobre el estatuto de la India.

Palabra más palabra menos, dijo en ese entonces el ilustre estadista lo siguiente:

“Cuando era niño, se presentaba en los circos un espectáculo repulsivo. Se trataba de un individuo al que se exhibía como el “Hombre sin huesos”. Como tal, era una masa informe con menguada apariencia humana, una verdadera monstruosidad. Mis padres, con sobra de razones, no me permitieron presenciar ese horrible espectáculo, pues temían que pudiera afectarme severamente. Pero hoy, para sorpresa mía, lo tengo a la vista ocupando en el sillón del Primer Ministro del Imperio Británico.¡Usted, señor McDonald, es un prodigio de blandura!”.

Ya en los circos, por consideraciones atinentes a la dignidad humana, no se permite explotar estas monstruosidades. Pero ellas se dan en el escenario de la moralidad y, para no ir muy lejos, aquí tenemos una de ellas ocupando lo que con cierta ampulosidad llamamos el solio presidencial en la Casa de Nariño.

Usted, señor Santos, es un prodigio de blandura.

16- Con justificada preocupación la gente pregunta qué hacer.

Lo primero, que despierte; lo segundo, que reaccione.

Llegará el momento no lejano en que la ciudadanía tendrá que ejercer la resistencia civil. Tal vez ello no pueda esperarse de una dirigencia amorcillada, pero sí de la gente del común, especialmente la clase media y la gente del campo, que son la más llamadas a sufrir la tiranía de las Farc.

¡COLOMBIA, DESPIERTA ANTES DE QUE SEA DEMASIADO TARDE!

1 comentario:

  1. ¡Extraordinario! Esto no es un artículo, es un tratado de política y sociología que nos lleva a reflexionar con seriedad y a sacudirnos de ese yugo que se nos teje.
    Claro queda el motivo por el cual le digo "Gelatino" (como creo no le gusta que le diga) a Juan Manuel Santos Calderón, sin lugar a dudas, ese que habría sido la gran atracción en cualquier circo, con esa mentalidad contorsionista y blandengue con que ha intentado manejar a Colombia para ponerla al servicio de las farc y su Socialismo Siglo XXI.
    Considero que el Presidente Senador Álvaro Uribe Vélez, quien le lleva 10 kilómetros a cualquiera, nunca ha sido un guerrerista; todo lo contrario, él con su Centro Democrático, han mantenido una férrea y solitaria oposición al "desgobierno de Gelatino" y a su proceso pro IMPUNIDAD en la Habana y de no haber sido así, haría rato que ya Colombia, estaría siendo manejada por las farc, con paredón incluido, al mejor estilo del Castrista.
    Es hora de sacudir la enjalma y desprendernos de ese nocivo marasmo gelatinoso en que hemos sido sumergidos, despertando a la realidad, "antes que sea demasiado tarde".
    Vienen tiempos muy complicados y lo peor de todo, será el tal postconflicto, para el cual ya "Gelatino" ha comenzado a estirar su ponchera mendicante, dado que para eso si es un "duro", pero pensando en la gran cantidad de dinero que podrá recaudar y la cuenta que podrá abrir, para obtener una segunda chequera para su bolígrafo girador y de su absoluta propiedad.
    ¡Colombia! Despertemos ya o en su defecto, quedémonos dormidos eternamente, para no ver la triste y cruel realidad que se nos viene encima.
    Saludos,
    Juanfer

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