martes, 17 de abril de 2012

El soroche de Santos y la pesadilla colombiana

Hace unos años compré en Buenos Aires un ejemplar del libro de José Luis Busaniche que lleva por título “Bolívar visto por sus contemporáneos”, que publicó FCE  en 1960. Lo leí con interés y provecho, pero lo tengo tan bien guardado que no me queda otro remedio que citarlo de memoria, pues no  está ahora al alcance de mi mano.

Cuenta Busaniche que en el momento en que Bolívar estaba en su apogeo de su gloria emprendió la ascensión a la cumbre del Potosí, a raíz de la cual escribió una de las páginas más desafortunadas de su extensa literatura política, llena de odio contra los españoles y digna de la proclama de guerra a muerte que le valió que años atrás se lo denominara como el “Antropófago de Caracas”.

A partir de ese momento comenzó su declinación. Mientras soñaba con llevar la guerra hasta el Brasil e incluso hasta Chiloé, y se engolosinaba con su sueño del Imperio de los Andes, el descontento cundía en todos los países que estaban bajo su mando, lo que lo obligó a salir del Perú y regresar a Colombia para ocuparse de los conflictos que por doquier se estaban agudizando.

Traigo a colación esta anécdota de nuestra historia, por cuanto creo que, guardadas las debidas proporciones, otra cumbre, la  de gobernantes de América que acaba de celebrarse en Cartagena, es el hito que señala el comienzo de la declinación política de Juan Manuel Santos.

Como lo ha observado Fernando Londoño Hoyos, ese evento fue un fracaso descomunal: “Nunca antes –son sus palabras- se han cometido tantas equivocaciones en tan corto tiempo.”

El que sus áulicos proclamaban como artífice de un protagonismo internacional nunca antes visto en un dirigente colombiano en los últimos tiempos, se mostró tan chapucero, que la gente de la calle lo ha convertido en objeto de todo género de burlas, a punto tal que parece haberle perdido el respeto. Y sin éste, la autoridad cae en barrena.

No entraré en el detalle de los estropicios. De ellos se ocuparon con esmero en el día de ayer, entre otros, el editorial de La Hora de la Verdad  y un incisivo escrito que publicó  en Diario del Caribe Raúl Lombana Hernández bajo el título “La Silla Vacía: De Pastrana a Santos”(vid. http://www.pensamientocolombia.org/DebateNacional/cartagena-la-cumbre-de-los-desplantes).

Según Hernández, a Santos y sus acompañantes se les subieron los humos dizque por el prodigio de haber logrado normalizar las relaciones con los regímenes de Chávez y de Correa, por lo que, “en el frenesí de tal logro, algunos contemplaron la posibilidad de postular al presidente colombiano al premio Nobel de Paz.”

Agrega el articulista:

“Peor aún, para algunos Santos se había convertido en el mediador de talla internacional que podría lograr la paz entre Israel y Palestina, hasta el punto de que su gobierno a través de la cancillería hizo un periplo por el medio oriente con ese loable propósito.”

Lo de Cartagena muestra que no hay de parte de Santos el tal liderazgo hemisférico que Semana, el “Lambicolor” del régimen, había venido cacareando.

Lo salvó Obama con su lucida presencia y la cordialidad hacia un gobierno que pretendía ponerlo contra la pared en los espinosos asuntos de Cuba, la legalización de la droga y las Malvinas, todos los cuáles se los enmochiló con inigualable maestría. Santos, que pretendió ladrarle, terminó lamiendo su mano.

Por supuesto que el fiasco en lo internacional repercute en lo interno, sobretodo porque la gente se está planteando con toda razón cómo es posible que Colombia, que ha sido víctima de la alevosía de los cubanos a lo largo de medio siglo, salga ahora a abogar por un régimen que representa precisamente lo que las guerrillas pretenden implantar aquí a sangre y fuego.

Le doy la palabra a Paloma Valencia Laserna, una muy lúcida observadora y analista de nuestro acontecer político, para citar el párrafo con que cierra el artículo que sobre el TLC con Estados Unidos publicó hoy en El Espectador:

“Unas preguntas sobre la Cumbre: ¿Shakira no se sabe el himno nacional? Maduro (el canciller de Venezuela) fue tratado como mandatario; ¿será qué nuestro país a través de la Canciller ya lo apoya como sucesor de Chávez sin necesidad de que sea elegido? Santos pidió por la inclusión de Cuba en las próximas Cumbres ¿Es qué al Presidente le parece que Cuba es democrática o es que no le importa que no lo sea? ¿se le olvida a nuestro mandatario que ha sido Cuba una pieza clave para la pervivencia de las organizaciones armadas de izquierda? ¿No recuerda que en ese país han recibido entrenamiento militar para venir a matar colombianos?”

Pero lo que me interesa señalar en esta oportunidad es lo que declaró Santos a Patricia Janiot en CNN a raíz de la malhadada Cumbre acerca del expresidente Uribe, cuando con una jactancia que sólo se había visto en boca de Alfonso López Michelsen, resolvió declarar que Uribe representa el pasado, mientras que él, Santos, es el hombre del futuro.

Tengo que acudir a mi memoria, que ya flaquea, para recordar los términos en que se refirió Laureano Gómez en su célebre discurso contra Ospina, para censurar lo que consideraba altamente descomedido para con él, diciendo que no era otra cosa que la salida en falso de “un vanidoso e ingrato corazón”.

Es lo mismo que los colombianos de a pie están pensando hoy acerca de ese impromptus de Santos, que, si bien se lo mira, no pasa de ser un torpe ejercicio de retórica.

En efecto, si uno le aplica la prueba ácida a ese dicho, lo encuentra insensato a más no poder.

Si Uribe es el pasado, ¿serán también cosa de éste la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social, que fueron las banderas con que Santos ganó las elecciones presidenciales?

¿De qué futuro nos habla Santos cuando se proclama a sí mismo como su garante?¿Se trata de un futuro en el que ya no habrá más seguridad para los colombianos, ni protección para las inversiones, ni cohesión social?¿Cuáles son las alternativas que ofrece a cambio de las promesas que acaba de anunciar que ya no lo vinculan porque piensa que son cosa del pasado?

He dicho en Twitter que Santos no suele esmerarse, como sí lo hacía Uribe, en explicarle a la gente del común sus políticas. Prefiere más bien que la Gran Prensa, a fuerza de lugares comunes, de discursos superficiales y de consignas baladíes, vaya preparando a la opinión pública para tragarse enteras sus vanas ocurrencias.

Así las cosas, si para él lo de Uribe es el pasado que amerita superarse, su visión del futuro ha de entenderse entonces no como un ajuste del rumbo que aquél trazó (el de la “Gallina Rumbo”), sino como unas variaciones sustanciales, tales como: proceso de negociación con las guerrillas; desmonte de las garantías acordadas a los inversionistas; política social basada no en la cohesión, sino en la confrontación.

Pero, con todo respeto, digo que ello no significa mirar hacia el futuro, sino regresar a un pretérito imperfecto. Lo que Santos nos ofrece es, ni más ni menos, el dejá-vu de algo que para el país ha sido una pesadilla.

Por eso, insisto en que con la frivolidad de que hace constante gala, Santos está llevando al país a un salto al vacío. Hay que denunciarlo, combatirlo y señalarlo, exigiéndole con vigor  que explique por qué está gobernando de espaldas a lo que les prometió a sus electores en la campaña presidencial. De lo contrario, nos arrastrará hacia no se sabe dónde.

5 comentarios:

  1. Excelente punto de vista expresado por el Sr. Embajador Jesus Vallejo Mejia. Comparto lo expresado plena y absolutamente.
    Desde chile, mis felicitaciones, Fernando Rodriguez Guzman. @ FRodriguezG

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  2. Me encanta el estilo de escribir del doctor Jesús Vallejo Mejía. Con elegante maestría denuncia la frivolidad y la falta de sesos de Juan Manuel Santos, y hace pedazos sus vanidosas pretensiones. Creo que las próximas generaciones encontrarán, en sus escritos, la viva imagen de lo que para entonces será y representará Santos en la historia de Colombia.

    En este comentario, estando lejos de mi tierra natal, quiero manifestar lo que más me duele de la estupidez de Santos en el poder. Cuando Uribe dejó la presidencia, todo estaba listo para que su sucesor, Santos, fuera el verdadero y sin igual líder de América Latina, en defensa de la verdadera democracia. Uribe había preparado meticulosamente ese camino, tal vez sin proponérselo. La inmensa mayoría del pueblo venezolano veía en el sucesor de Uribe una esperanza de mejoramiento de su desdichada situación. Otro tanto se puede decir del pueblo ecuatoriano. Para ello, Uribe había tenido que confrontar y desenmascarar a los mandatarios de esos países, a costa de ser presa de la propaganda internacional en su contra.

    Por otra parte, el pueblo colombiano estaba resuelto a apoyar al sucesor de Uribe en la dura lucha de la defensa de la democracia a nivel internacional. Los demás países de América Latina veían también con respeto y esperanza al sucesor de Uribe, para que liderara la defensa de la democracia en el plano internacional. Los Estados Unidos, por su parte, de hecho, estaban dispuestos a cederle protagonismo al sucesor del gobierno de Uribe, en ese liderazgo internacional.

    Todo estaba preparado para que, por primera vez en toda nuestra historia, tuviéramos verdadera política internacional, en grande. Pero desgraciadamente, el mismo día de posesión, el sucesor de Uribe, es decir, Santos, traicionó a Uribe, al pueblo que lo eligió, a los pueblos de Venezuela y Ecuador, y a todos los que habían confiado en él, cuando manifestó que su gobierno iba a colaborar con el dictador Hugo Chávez. Los días siguientes a su posesión no fueron más que la ratificación de la traición y su entrega incondicional a la voluntad omnímoda de los regímenes autoritarios de la América Latina.

    La insensatez de Santos le hace creer que es “líder” de América Latina, cuando en realidad no es más que un gregario, casi una marioneta, de Chávez, Correa y los hermanos Castro.

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  3. Mi Dr Jesus, excelente articulo, esas verdades de a puño son las q muchos colombianos deberian saber. Que maravilla, un abrazo y lo veo en tanto otro articulo en Tw. Siempre con usted Elogiag

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  4. Excelente análisis Profesor. Digno de su talante y de su pluma. La frivolidad y el cálculo inmediatista de las conveniencias han estado lastimosamente presentes en nuestro pasado político. Lo verdaderamente innovador, lo que nos permitía soñar con un futuro, con un pais viable, era el "acuerdo sobre lo fundamental" que habíamos logrado en materia de seguridad, de modelo económico, de confianza inversionista, y de cohesión social. Pero estamos retrocediendo a épocas de caos, a esas que suscitan la necesidad de líderes que se legitiman mas en su propio carisma que en las instituciones, porque éstas no cumplen las funciones que constituyen su razón de ser. Gracias por su artículo, por recordarnos el rumbo una vez más!!!.

    Juan Guillermo de la Cuesta M.

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  5. Excelente escrito del dr. Jesus Vallejo Mejia descubriendo magistralmente el proposito de Santos y la traicion de la promesa a los Colombianos durante la campaña presidencial y cuando tomo el poder. Yo vote por Santos y soy, sino el unico, si uno de muy pocos que tiene una foto con el tarjeton marcado antes de colocarlo en la urna de votacion; esa foto me da el derecho de exigir al sr. Santos que cumpla lo prometido porque yo vote por el creyendo en su promesa que seguirira fiel al programa de Seguridad Democratica de Uribe Velez y ahora veo como hay una traicion a esa politica, ademas de haber, en forma sumisa, entrado al grupo de fans de Chavez y estar ahora abogando por el futuro de Cuba y la salud del mandatario venezolano y haciendo burla del sr. Uribe Velez cuando dice que un amigo le dijo que el sr. Uribe Velez no se habia dado cuenta que ya no gobernaba Colombia, cuando los Colombianos necesitamos de la experiencia, el conocimiento y el consejo del sr. Uribe para evitar que el gonierno de turno acabe con todo lo bueno que se logro en el mandato del sr. Uribe. Yo despues de esas declaraciones cantinflescas le perdi el respeto y me arrepiento de haber votado por Santos. Nunca habia sentido este inconformismo por un presidente, porque cuando algunos antecesores habian fallado, yo no habia votado por ellos sino por el perdedor, minimizando esto mi desilucion. Ahora estoy mal pues veo que el sr. Santos esta dando todos los dias pasos hacia la izquierda popular tipo Venezuela, Cuba, Nicaragua, Ecuador, y creo que es por incapacidad de gobernar autonomamente y se pega a los patrones de lo facil que es el populismo de la izquierda, el de alabar, el de ofrecer aunque no se pueda cumplir, pero ofrecer para tener aceptacion inmediata.
    Lo de las 100,000 casas gratis, cuando se necesitan 5 millones de viviendas para el estrato 1, no es mas que populismo buscando levantar el favoritismo que venia cayendo en las ultimas semanas.
    Cuanto daria por que se encuentre una formula para que regrese al poder el sr. Uribe Velez, presidente integro, con firmeza, determinacion e interes real por el progreso de Colombia y la libertad de los Colombianos.

    Rodrigo Ribero

    @rodrigoribero

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